BRUSELAS. Los ministros belgas de Justicia, Koen Geens, y del Interior, Jan Jambon, presentaron hoy sus respectivas dimisiones luego de nuevos indicios de fallos en la inteligencia del país, lo que habría permitido los atentados del martes en Bruselas.

 

El primer ministro de Bélgica, Charles Michel, rechazó las renuncias al considerar que no puede prescindir de ambos en el contexto actual, dos días después de los peores ataques ocurridos en el país, que dejaron al menos 31 personas muertas y 270 heridas.

 

La crisis en el gobierno de Bélgica fue desencadena por la acusación del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de que autoridades belgas habrían ignorado sus advertencias respecto al riesgo que suponía uno de los terroristas suicidas del aeropuerto internacional de Zaventem.

 

Erdogan indicó que Ibrahim El Bakraoui fue deportado hacia Holanda en julio de 2015 y reenviado a Bélgica, su país de origen, como combatiente extranjero que habría intentado ingresar en Siria para luchar al lado del grupo extremista Estado Islámico (EI).

 

En un primer momento, el ministro de Justicia belga afirmó que El Bakraoui no era conocido por actos terroristas, sino por delitos simples.

 

Pero la situación se agravó después que las autoridades holandesas confirmaron que la justicia belga tenía conocimiento del radicalismo del joven y, sin embargo no compartió la información a sus homólogos en el país vecino.

 

En consecuencia, una vez en Holanda, El Bakraoui no fue detenido y tampoco fue interrogado.

 

“Ha habido dos errores: a nivel de la Justicia y a nivel del oficial de conexión (entre los dos países) en Turquía, lo que implica a los departamentos del Interior y de Justicia”, observó Jambon al anunciar su dimisión.

 

El gobierno belga convocó a una comisión especial para aclarar el caso.

 

El Bakraoui había sido condenado en Bélgica a 10 años de prisión en 2010 por robo y por haber disparado contra la policía con un fusil kalachnikov, pero fue puesto en libertad condicional, lo que le impedía salir de territorio belga por más de un mes.

 

El diario israelí Haaretz publicó este jueves que “los servicios de seguridad belga sabían, con un elevado nivel de precisión, que se habían planeado ataques para un futuro próximo visando el aeropuerto, así como el metro”.