Más de 300 años después de su extinción, un equipo internacional de investigadores ha publicado en internet el primer atlas tridimensional del esqueleto del dodo, una ave no voladora, icono entre las especies extinguidas en la historia reciente humana.
Este atlas, publicado en la “Society of Vertebrate Paleontology Memoir”, “es el tratado más amplio y completo sobre anatomía del esqueleto del dodo y representa el esfuerzo de un amplio equipo de científicos internacionales durante más de cinco años”, explicó la paleontóloga holandesa Hanneke Meijer, una de las responsables de la investigación.
El dodo (Raphus cucullatus) representa uno de los ejemplos más conocidos de extinción causadas por los seres humanos.
Era una gran ave no voladora endémica de la isla Mauricio y el último ejemplar se documentó en 1693, menos de cien años después de que los holandeses colonizaran la isla.
El nuevo atlas es el primero que muestra las proporciones relativas exactas del animal e incluye algunos huesos previamente desconocidos, como la rótula, el tobillo y huesos de la muñeca y se ha puesto a disposición del público a través de internet.
El estudio de los especímenes en 3D también ha permitido hacer simulaciones de cómo este gran animal se desplazaba.
“El cráneo del dodo es tan grande y su pico tan robusto que es fácil de entender que los primeros naturalistas lo relacionaran con los buitres u otras rapaces antes que con una paloma”, señaló Meijer, que condujo la investigación en el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) y que actualmente trabaja en la Universidad de Bergen (Noruega).
Los antepasados del dodo llegaron a Mauricio hace unos 8 millones de años y, según los especialistas, a menudo las especies en las islas evolucionan de forma bastante diferente a como lo hacen en el continente y, en el caso del dodo, perdió la capacidad de volar, probablemente debido a la ausencia de depredación.
Además las ratas y otros depredadores introducidos por los humanos tuvieron un efecto devastador sobre los huevos y las crías.
El estudio multidisciplinar sobre esta ave ha permitido también entender qué aspecto tenía el ecosistema donde vivió esta especie y por qué muchos vertebrados desaparecieron durante el cambio climático que se produjo hace 4.200 años, principalmente como consecuencia de la escasez de agua. Y permite estimar el actual cambio climático sobre la fauna.
“Las especies confinadas en las islas son mucho más sensibles a los cambios ambientales, especialmente por la falta de agua y la salinización y contaminación del agua durante las sequías”, indicó Kenneth Rijsdijk, investigador de la Universidad de Amsterdam que también ha participado en el estudio.
A pesar de su importancia en la cultura popular, se sabe muy poco sobre esta especie desde una perspectiva científica y de las colecciones del siglo XVII no se ha conservado ningún esqueleto completo.
Entre los años 1899 y 1910 un barbero y naturalista aficionado francés, Etienne Thirioux, encontró un esqueleto completo y otros restos parciales de esta especie en las Islas Mauricio que ahora han sido utilizados para crear este primer atlas anatómico tridimensional del dodo gracias a modernas técnicas de escaneo láser.
El dodo era un pájaro enorme que podía llegar a medir un metro de alto y pesar unos 18 kilos. Pertenecía a la familia de las Columbidae, igual que pájaros relativamente pequeños como las palomas y las tórtolas.