César Ortiz Reséndiz, mejor conocido como El Libros, murió de un balazo al resistirse a un asalto a bordo de un pesero en Ecatepec, estado de México.
La víctima, de 63 años de edad, era todo un personaje. Recorría a pie y en bicicleta la mayoría de las oficinas, redacciones de periódicos y salas de prensa de la Ciudad de México para vender libros; algunos de sus principales clientes eran los periodistas y comunicadores que cubren la fuente policiaca y la Cámara de Diputados.
“¡Qué onda, mis queridos contertulios!”, así saludaba cuando llegaba a la sala de prensa de la SSP-CDMX. En todos lados conocía gente y lo apreciaban.
“El libros recorría diario todos los periódicos para ofrecer los textos que a muchos nos nutrió de cultura y conocimiento. Desafortunadamente es otra víctima que se suma a las cifras oficiales del Edomex”, lamentó Juan Carlos Alarcón, reportero de MVS Radio.
En el gremio periodístico todos reprobaron el homicidio y que al momento las autoridades mexiquense no han hecho justicia.
“Su frase era: ‘te traigo esto para que te cultives más, tú que eres periodista, tú que le escribes a la gente’. A pesar de que tenía pocos estudios te inducía a la lectura, no se vale la forma en que murió, nuestras autoridades se lavan las manos“, opinó Ángel Coronel, reportero de Cadena Rasa Radio.
A Ortiz Reséndiz lo describen como una persona culta y que sabía de libros, autores y editoriales… era un hombre sensible y trabajador que se daba tiempo para jugar cascaritas de fútbol con los reporteros en el estacionamiento de la PGJ-CDMX, también jugó en un equipo de veteranos y presumía que le iba a las Chivas.
“Siempre daba la mano. Te preguntaba qué clase de lectura te gustaba y te hacía varias recomendaciones por títulos y autores. Yo le compré hace mucho uno de Reza Alan; El Celote, la vida y la época de Jesús de Nazareth”, recordó Juan Antonio Jiménez, reportero de Radio Fórmula.
A él lo recuerdan también como un hombre que nunca se enojaba, que siempre estaba sonriendo y cuando llegaba un reportero nuevo le dejaba un libro fiado, así lo conoció Verónica Macías, de Fundación UNAM.
“Era capaz de conseguirte cualquier texto por viejo y descontinuado que fuera. Confiaba en ti a la primera y aunque a veces no tuvieras dinero te esperaba para pagarle y en muchas ocasiones aceptaba que le dieras bonos”, resaltó Gustavo Castillo, de la Jornada.
Al comerciante siempre lo veían con varios libros en la mano. Incluso hay quienes le quedaron a deber dinero.
“Le gustaba el box. Quedó pendiente ponernos los guantes. Una vez que jugábamos me dijo: ´No le saco, yo también practiqué box, a ver si todavía aguanto…, tuve que aprender a defenderme, hay muchos gandallas’. En eso, El Libros levantó la guardia y me fintó con un golpe, por eso tenía la nariz chueca”, añadió un trabajador de la Procuraduría capitalina.
El miércoles pasado Ortiz Reséndiz recibió un balazo en el pecho cuando dos delincuentes subieron a la camioneta de la Ruta 30, de la línea Metropolitanos, en la Colonia Luis Donaldo Colosio. Junto al cuerpo, sobre la butaca, quedó una mochila. No quiso entregar sus pertenencias y perdió la vida cuando fue llevado a un hospital cercano.
Los periodistas se quedaron sin “asesor cultural”, como se presentaba para vender libros. Una hija se quedó sin padre y el récord que planeaba romper quedó pendiente.
“César sacó el segundo lugar como el capitalino que más tiempo usó la Ecobici en 2015 y le dieron de premio una bicicleta italiana plegable, que le regaló a su hija, y decía que este año iba por el primer lugar para ganar el viaje a Chile”, aseguró David Vela, de El Financiero.
Esta es una vida más que se pierde a manos de la delincuencia en el estado de México, entidad que ocupa los primeros lugares a nivel nacional de robo en transporte público, robo de vehículos, feminicidios y homicidios dolosos.