El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa, Michelle, invitaron hoy a la Casa Blanca a 35,000 niños y padres para buscar y hacer carreras con huevos de colores, en una tradición centenaria para celebrar la Pascua de la que fueron anfitriones por última vez.
La celebración anual de la Pascua, que se remonta hasta el año 1878, es el mayor evento anual que la Casa Blanca abre al público, pero no es el presidente sino la primera dama quien organiza el festejo.
“Esta es siempre una de mis celebraciones favoritas del año”, dijo Obama al asomarse al balcón Truman de la residencia presidencial junto a su mujer y ante los miles de asistentes que le esperaban en los jardines.
Por su parte, Michelle Obama reconoció que el evento de este año era “un poco agridulce”, ya que, pese a ser un día de alegría, le entristecía que fuera la última Pascua que acogía en la Casa Blanca, dado que su esposo culmina su mandato en enero próximo.
“Si pensamos en lo que hemos conseguido en los siete últimos años, es increíble. Uno de nuestros objetivos era abrir la Casa Blanca a tanta gente de diferentes orígenes como fuera posible”, destacó la primera dama.
Un año más, Michelle Obama aprovechó la ocasión para fomentar el ejercicio y la vida saludable para luchar contra la obesidad infantil, por lo que se apuntó a jugar, correr obstáculos y hasta participó en la primera carrera de niños organizada dentro de la Casa Blanca.
Acompañado de sus perros “Bo” y “Sunny” y de un gigante conejo de Pascua, Obama usó un silbato para dar el pistoletazo de salida a una de las carreras, ante lo que una decena de niños hicieron rodar huevos de colores ayudados por grandes cucharas de madera hasta llegar a la meta.
“Han hecho que salga el sol y es algo que apreciamos mucho”, exclamó el mandatario, ya que, a pesar de la previsión de lluvias, Washington pudo disfrutar hoy de un día soleado.
Los más afortunados pudieron saludar a la pareja presidencial, que tomó en brazos a los pequeños y jugó con los más atrevidos, todos ellos vestidos para la ocasión con lazos, corbatas y divertidos disfraces.
El pequeño Jack lucía una pajarita de colores y unas enormes gafas de sol fluorescentes para entrar por primera vez en la Casa Blanca, aunque él ya era todo un experimentado en las carreras de huevos.
“He hecho esto muchísimas veces, y siempre los ruedo bien, pero nunca he podido ganar. Hoy seguro que voy a ganar porque he practicado mucho”, explicó a Efe, tras decir que encontró a los Obama “muy simpáticos” en su último año de mandato.
Landon Turner, de siete años, acudió desde Florida con su padre y sus hermanos, decidido a “preguntar a Obama cómo hace para cumplir sus sueños”, ya que su objetivo era ser presentador de noticias cuando fuera mayor.
Los niños podían conseguir sus boletos de acceso a la fiesta en una lotería, pero también asistieron los hijos de congresistas, senadores y de celebridades como la cantante Beyoncé, que se apuntó al evento.
El momento más esperado por muchas niñas fue la interpretación del himno nacional, que hoy estuvo a cargo de la cantante Idina Menzel, famosa por su interpretación de la banda sonora de la exitosa película “Frozen”.
Los conciertos del rapero Silentó y la banda Echosmith, talleres de repostería y chocolate, concursos de dibujo o bailes acabaron de redondear la jornada de hoy en los jardines presidenciales.
También acudieron personajes como “Bob Esponja”, los protagonistas de “Sesame Street” y las tropas de “Star Wars”, que custodiaban al presidente.
La tradición de invitar a niños a la Casa Blanca el lunes de Pascua la introdujo el presidente Rutherford B. Hayes (1877-1881), después de que el Congreso aprobara una ley que prohibía a los niños jugar en los jardines del Capitolio por temor a que causaran daños, y desde entonces se ha celebrado anualmente casi sin excepciones.