WASHINGTON. Centenares de inmigrantes que se enlistaron en el ejército para adquirir la ciudadanía de Estados Unidos han sido deportados tras cometer un delito grave.
Defensores de este grupo de deportados estiman que hay unos dos mil veteranos del ejército que viven en el norte de México, muchos en ciudades fronterizas como Tijuana y Ciudad Juárez y trabajando en telemercadeo y en sector de servicios debido a su dominio del inglés, reportó el diario Los Angeles Times.
Se apuntó que la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) no hace un seguimiento de la historia militar de deportados, por lo que es difícil saber exactamente cuántos veteranos han sido deportados.
La única manera legal de regresar a Estados Unidos sería en un ataúd, debido a que el gobierno concede este “beneficio” a los veteranos que mueren después de la deportación.
Durante gran parte de su historia de tiempos de guerra, Estados Unidos ha ofrecido la naturalización a los no ciudadanos que se enlistaron en el ejército y completaron el entrenamiento.
Un informe del Pentágono, publicado en 2008 en medio de dos guerras, estimó que alrededor de ocho mil no ciudadanos se enlistan en el ejército cada año. Una vez deportados, los veteranos ya no pueden obtener cobertura médica, aunque el Departamento de Asuntos de Veteranos les continuará enviando medicamentos por correo.