El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó hoy a las fuerzas de seguridad reforzar las fronteras para impedir la entrada de inmigrantes ilegales en el país en un momento en que Europa sufre una incesante oleada de refugiados.

 

“Hay que reforzar la vigilancia de las fronteras en aquellas zonas donde hay más riesgo de penetración de inmigrantes ilegales. Todas las ventanas y rendijas deben ser cerradas“, dijo el jefe del Kremlin en una reunión con los miembros del Consejo de Seguridad Nacional centrada en la inmigración.

 

Advirtió, en una clara alusión al riesgo de atentados terroristas, que en el actual momento histórico “los ánimos radicales crecen tanto entre los inmigrantes como entre los residentes locales”.

 

“Vemos las serias consecuencias a las que han llevado los flujos incontrolados a Europa de refugiados procedentes de los países de Oriente Próximo, el norte de África, Afganistán y otras regiones. Hablamos del alza de la delincuencia, conflictos de naturaleza nacionalista y religiosa, y también tensión social”, subrayó Putin.

 

Los inmigrantes, según Putin, “se convierten en sujetos para el reclutamiento por parte de extremistas y las organizaciones terroristas” cuando no disponen de los mecanismos para la integración en las sociedades receptoras.

 

Rusia, agregó, debe “analizar en profundidad la situación y sacar conclusiones de la crisis migratoria de Europa”.

 

También exigió a las fuerzas de seguridad rusas que trabajen para destapar las tramas corruptas que permiten la legalización de inmigrantes y que cooperen con la comunidad internacional en la lucha contra las mafias que trafican con personas.

 

Las rutas por las que entran los inmigrantes, advirtió, también son usadas por organizaciones criminales, terroristas, narcotraficantes e incluso los servicios secretos de otros países.   DEC