Su lanzamiento pasó casi desapercibido para la mayoría. Los menos suspicaces, dirán que el problema fue que el anuncio se dio durante una semana en la que buena parte del mundo está de vacaciones; los críticos en cambio, argumentarán sobre la poca relevancia de los anuncios hechos por Apple, principalmente, su nuevo iPhone SE. Otros más, pensaremos que quizá Tim Cook prefirió mantener perfil bajo para el lanzamiento.
De cualquier forma, como suele ocurrir con Apple, todas las personas que están en contacto con un teléfono inteligente (cada vez más, en México ya hay más de 40 millones de acuerdo con diferentes estudios), tarde o temprano podrán ver de cerca el nuevo y polémico miembro de la familia iPhone, el SE. ¿Por qué polémico? El nuevo equipo de Apple tiene como novedad, contrario lo que había sido su tradición, un dispositivo de menores dimensiones que sus antecesores, ahora con una pantalla de 4 pulgadas. Atípico en la historia de la compañía y prácticamente de tamaño similar al del iPhone 5, lanzado en Septiembre del 2012.
En contraste, uno de los argumentos más poderosos a favor está alrededor de las razones de negocio de este producto: competir en el mercado chino, donde dispositivos de estas dimensiones son ampliamente utilizados y en el que el potencial es tremendo en función del tamaño de su población. Fuera de China, también está el hecho de que el iPhone sigue siendo un teléfono de alta gama, poco accesible para el público masivo, donde Android sigue dominando como sistema operativo (alrededor del 70 por ciento de los dispositivos), gracias a la diversidad de marcas y equipos que empaquetan una propuesta móvil con el sistema operativo de Google. El iPhone SE, podría permitir a la marca ingresar a manos de segmentos que quieran acceder a un iPhone, pero no estén dispuestos a desembolsar los más de 14 mil pesos que cuesta el iPhone 6S más económico.
Mi opinión: más allá de argumentos a favor y en contra perfectamente atendibles, creo que en el largo plazo el lanzamiento del iPhone SE, es un error. El daño podría ir más allá que un simple fracaso de ventas (Apple ya tuvo muy mala suerte con el iPhone 5C en su momento), sino podría erosionar la reputación de una marca cuyo ascenso a nivel global se produjo precisamente por su gran capacidad de innovación. Si bien desde hace algunos años, las innovaciones de Apple habían ido más en función de tamaños de pantalla, peso, resolución y velocidad, algo natural en el ciclo evolutivo de toda tecnología, nunca había sido tan notoria la poca evolución como lo es en el iPhone SE. El tiempo lo dirá, pero dada su tradición, creo que este teléfono lastima el valor de marca que ha hecho de la compañía californiana la más valiosa del mundo.