Al cierre de 2015, se esperaba crecimiento moderado para 2016, cuando era probable que los bancos centrales de Europa, Japón y China continuaran consolidando apoyos para el crecimiento de sus economías. La Fed de EU aumentó su tasa de interés 25 puntos base, a 0.50%, con la idea de subirla paulatinamente durante este año; se hablaba de dos y hasta cinco movimientos de 25 puntos base cada uno.

Después, inició el año con ajustes importantes en los mercados; existía una gran división entre quienes argumentaban que las bolsas americanas iniciaban un ciclo de baja y quienes aún pensaban (y me uní a este grupo) que la tendencia de alza se mantenía y por lo tanto era un ajuste fuerte pero limitado. La Fed mantuvo sin cambio su tasa en la reunión de enero, pero incluyó ya el tema de riesgos globales. El Banco de Japón disminuyó su tasa de interés dejándola en negativo. En marzo, el BCE tomó medidas expansivas más fuertes de lo esperado, mientras que la Fed dejó nuevamente sin cambio su tasa.

Sabíamos que las economías crecerían a ritmos moderados y que China venía desacelerando hacia un PIB en 2016 de 6.5–6.7%. Estados Unidos fue mejorando sus datos del PIB al 4T15, que finalmente se ubicó en 1.4% anual y todo 2015 con un crecimiento de 2.4%.

El martes, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, habló con un tono que muestra cierto temor respecto al entorno internacional. Consideró que la Fed deberá incluir en su análisis y toma de decisiones la desaceleración de China, el movimiento de los precios del petróleo y aunque percibe un riesgo limitado hacia el crecimiento de su economía, mostró un cambio en el sentimiento esperado de la inflación y por lo tanto deberá cuidarse el ritmo y velocidad de alza en las tasas de interés en las decisiones que tomen. Por ello, los mercados han extendido sus reacciones de alza y las divisas se han “despresionado” frente al dólar. Pero, ¿qué pasará con las decisiones del Banco Central Europeo y ahora con una divisa fortalecida?, ¿qué pasará con Japón y la necesidad de seguir estimulando fuertemente a su economía y una divisa que también se ha fortalecido frente al dólar?

No hay duda, las cosas se siguen complicando a nivel internacional. La Fed busca una menor fortaleza del dólar para retomar la dinámica de su comercio exterior. Consideramos que los mercados estadunidenses como el Dow Jones, El S&P 500 y el Nasdaq reaccionaron rápido, pero de nuevo estarán enfrentándose a niveles de prueba muy importantes con los reportes corporativos que marcarán claramente una desaceleración desde el 2T15 a la fecha.

En México, el peso se ha beneficiado. Las acciones que tomaron la SHCP y el Banxico, así como el posible congelamiento en la producción diaria de crudo y un tono más “conservador” en la política monetaria de la Fed lo han llevado más cerca de los 17.00 frente al dólar. Pero, ¿qué falta por hacer? A nuestro juicio, la capitalización de Pemex para evitar riesgos de bajas fuertes en su calificación crediticia y dar tranquilidad de que la calificación de México quedaría estable.

La economía crecerá entre 2.0-2.5% este año con baja inversión pública, “austeridad” en el gasto público. Así, la bolsa en México ha tenido una respuesta positiva, pero enfrentará temas de valuación en los próximos reportes corporativos que inician a mediados de este mes.