“Queremos una vida digna y eso incluye agua limpia”, comenta Elsa Torres, habitante de la colonia Ermita Zaragoza en la delegación Iztapalapa, mientras observa el color negro y percibe el olor a drenaje que se desprende del líquido tras abrir la llave al intentar lavar los traste.
“El agua sólo sirve para la taza del baño, ha dejado de ser potable, no se puede lavar la fruta, ni la ropa, mucho menos pensar en lavarse los dientes”, afirma la mujer mientras tira litros y litros de agua contaminada.
El agua dejó de ser útil
El pasado 2 de abril se anunció que el tanque La Caldera recibiría 100 litros por segundo adicionales, consecuencia de negociaciones con la Comisión Nacional del Agua (Conagua); sin embargo, el aumento no ha mejorado la calidad, por el contrario, el líquido ha dejado de ser útil por su mal estado.
El abasto de agua para la Ciudad de México es de nueve mil litros por segundo, y proviene principalmente del Sistema Cutzamala; sin embargo, el líquido recorre 127 kilómetros y asciende mil 300 metros sólo para llegar a la capital del país, siendo la zona oriente la última en abastecerse.
La extracción subterránea complementa el abasto y en Iztapalapa existen 78 pozos de extracción que suministran mil 300 litros por segundo, pese a esto, al menos cuatro colonias padecen desabasto diariamente y seis de cada ocho tienen mala calidad de agua tres veces por semana.
“Necesitamos que se considere nuestro derecho al agua de calidad y en cantidad suficiente, exigimos el mantenimiento de la red hidráulica”, finalizó Torres. DHM