El deterioro cognitivo, la ansiedad y la depresión son algunos de los síntomas en el sistema nervioso que puede provocar la exposición crónica y sin protección a los pesticidas que se usan en el campo.
La psicóloga Linda Catalina Lugo López estudia el riesgo de deterioro cognitivo asociado con el uso de agroquímicos en trabajadores del campo en Yucatán, informó la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
La especialista consiguió con encuestas los conocimientos que los agricultores poseen acerca de los riesgos de trabajar con pesticidas; además obtuvo datos sobre el equipo de seguridad que usan, las dosis de producto, las formas de almacenamiento y el manejo de los desechos generados.
“En el caso de la exposición ocupacional a tóxicos es imprescindible que los trabajadores conozcan las medidas de protección, incluyendo el uso y mantenimiento del equipo de protección”, dijo la psicóloga.
La investigadora añadió que es importante que los trabajadores entiendan los efectos que a largo plazo tienen estas sustancias sobre su organismo si se manejan de forma incorrecta.
La especialista mencionó que existe registro de que en algunos lugares los campesinos reutilizan los recipientes de pesticidas vacíos para recolectar agua o incluso como recipientes para los alimentos.
“Estas son las prácticas que se deben conocer para generar programas educativos que disminuyan los comportamientos de riesgo de los agricultores”, señaló Lugo López.
El efecto que tiene una exposición inadecuada a estas sustancias altera el funcionamiento del organismo; por ejemplo, los pesticidas organofosforados inhiben la acción de una enzima de nuestro sistema nervioso llamada acetilcolinesterasa, especificó.
La psicóloga explicó que esta enzima se encarga de descomponer el neurotransmisor acetilcolina en el espacio sináptico, que es el espacio de comunicación entre dos neuronas y al inhibirse la metabolización de la acetilcolina, lo que produce una sobre estimulación de las neuronas que causa espasmos, calambres, vómito y diarrea.
Lugo López mencionó que también se demostró que la exposición continua a organofosforados produce alteraciones psicológicas a largo plazo. En México esto se probó en algunas poblaciones de agricultores.
Por tanto, la especialista expuso que a los agricultores encuestados se les aplicó el Inventario de Depresión de Beck, instrumento para detectar depresión psicológica.
“Una persona que está deprimida pierde el interés o el placer por realizar actividades que antes le entusiasmaban. Tiene constantes sentimientos de culpa y tristeza. Esto obviamente deteriora su calidad de vida y la de las personas que lo rodean. Incluso puede llevarla a abandonar sus actividades laborales”, subrayó.
El proyecto se realiza en el Laboratorio de Salud Ambiental del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), unidad Mérida.
El estudio se encuentra en la fase de evaluación y se espera su conclusión a finales de agosto, para determinar los datos útiles y conocer el estado de salud asociado al uso de pesticidas en agricultores yucatecos y así evidenciar sus conductas de riesgo.