Carla Morrison vive un buen momento. Su segunda producción discográfica, Amor supremo, ha hecho que el nombre de la cantautora destaque en el cartel de algunos de los festivales musicales más importantes de la temporada en México y Estados Unidos, incluido el afamado Coachella, en Indio, California, así como en el Vive Latino, en la CDMX; el Pa’l Norte, en Monterrey; y el Ruido Fest, en Chicago.

La intérprete ha trabajado en su internacionalización desde hace cuatro años, cuando comenzó a acaparar las miradas y los oídos del público y la crítica con su álbum debut, Déjenme llorar, con el que se llevó dos Grammy Latinos en 2012. Su música ha llegado hasta Rusia, el año pasado fungió como invitada en el MTV Unplugged de Enrique Bunbury, y recientemente grabó una colaboración con el dúo estadunidense de hip-hop Macklemore & Ryan Lewis, en la canción “Shines”, donde la mexicana prestó su voz en español para los coros.

“Todo esto es resultado de mucho trabajo. Al final pasó, pero ha sido esfuerzo de todo mi equipo”, expresó Morrison en entrevista con 24 HORAS.

“Creo que nunca lo esperé, y ahora que sucedió, nos encanta y lo recibimos con un enorme gusto y honor”, apuntó la autora de temas como “Duele” y “Déjenme llorar”.

Aunque nació y creció en la frontera norte con Estados Unidos, será la primera vez que Morrison asista al Festival Coachella, como público y artista invitada, algo que le provoca emoción y nervios a la vez. La compositora llegará al Empire Polo Field de la desértica ciudad californiana el 15 de abril, y una semana después repetirá la experiencia durante la segunda jornada del famoso festín rockero.

“Crecí y viví en la frontera norte, y Coachella siempre fue algo muy internacional. Para mí también lo es, así es que cuando uno llega ahí, piensa que todo ha valido la pena”, comentó.

Con toda la buena estrella de la que ahora goza su carrera, la cantautora no presta atención a las críticas negativas y burlas de la que es víctima en redes sociales, situación con la que, dice, ha aprendido a lidiar.

“Hay gente que siempre encuentra algo que criticarme. Pero, ¿saben qué? ¡No me importa! Ya me han dicho tantas cosas que no me extraña nada”, dijo en tono bromista.

“No me voy a preocupar por lo que la gente diga. Estoy haciendo mi sueño realidad”, señaló la compositora, de 29 años. “Eso sí, hay una vez al mes que, como toda mujer, las cosas llegan a cansarte un poco más”. Concluyó señalando que su participación en el Vive Latino, el próximo 23 de abril, será una noche por demás especial para ella y sus fans.

En los cuernos de la Luna

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