MADRID. Cuando una bruja le dijo que se iba a enfermar gravemente y se iba a morir antes de los 60, el ex presidente venezolano Hugo Chávez quedó enredado en los misterios de la santería y la brujería y los laberintos oscuros del espiritismo.
La santería, su alcance en Venezuela y su utilización por los chavistas como elemento para “retener el poder” son los protagonistas del libro “Los brujos de Chávez”, escrito por el periodista venezolano David Placer.
“Los brujos de Chávez: la magia como prolongación de la política” (Economía Digital) ve la luz tras varias visitas del autor a su país de origen a lo largo de tres años, y recoge más de sesenta entrevistas con personas del entorno íntimo de Hugo Chávez, sobre todo del grupo que lo ayudó a llegar a la Presidencia de Venezuela (2004-2013).
Placer explica que durante su encarcelamiento, tras un fallido intento golpista en 1992, Chávez hacía sesiones de espiritismo, en las que los “libertadores”, argumentaba el ex presidente, hablaban a través de él y le recomendaban “ser el líder” del movimiento.
“Él era supersticioso, pero también utilizaba este tipo de cosas para manipular a su entorno. Y que esto se realice luego en el propio palacio presidencial no deja de ser sorprendente”, denuncia el periodista.
“Ningún chavista lo ha negado, sino que han intentado justificarlo, diciendo que eran corrientes espirituales que tampoco tienen que ser condenadas, porque el catolicismo también cree en espíritus y hace exorcismos”, argumenta el autor.
“Los altos jerarcas chavistas que están metidos en temas de santería públicamente pregonan la igualdad, el socialismo, el comunismo, y luego en la vida privada les piden a sus sacerdotes lo contrario: dinero, pertenencias y ascensos”, denuncia Placer.
Por lo tanto, hay una “contradicción patente” entre lo que defienden en la vida pública y lo que piden “a sus santos y sus deidades”, concluye.