El día de ayer, la edición digital de la prestigiosa revista de negocios Forbes, presentó un interesante artículo con el Top 10 de las empresas donde jóvenes que hoy egresan de las Universidades en Estados Unidos, y también quienes están por ingresar a alguna, desearían trabajar. Algo muy esperado, dada su naturaleza digital, es que precisamente, esta lista se compone mayormente de empresas de internet, con Google a la cabeza.
La lista, de acuerdo a un estudio de una firma especializada en encuestas masivas, YouGov, la complementan, en ese orden: Amazon, Netflix, YouTube, Microsoft, Samsung, Nike, Disney, Johnson & Johnson, y Apple. Claramente, son empresas con quien esa generación se relaciona en el día a día, a las que, en todo momento llevan en la palma de su mano, y se convierten en compañeros inseparables por horas, días, semanas, meses, y años, permitiéndoles conectar con su mundo más cercano: amigos, familiares, gustos, y preferencias.
Lo interesante del asunto es que esto no se debe a una visión idealista de los Millenials, sino a la pieza fundamental que hace que esa generación conecte con esas empresas: su cultura organizacional.
En un artículo publicado hace unos días en la revista Inc, un empleado de Facebook (empresa que por cierto no aparece en ese Top 10, pero que es de valores muy parecidos a las tecnológicas que sí aparecen), diseñador de producto, comparte la cultura de trabajo con que cuentan en la compañía californiana, y que dice, es la clave para que la gente que ingresa a trabajar ahí, se sienta cómoda. La llama cultura de “hackear” la innovación.
El empleado detalla que en Facebook se privilegia una cultura del ensayo-error en vías de privilegiar el moverse rápidamente. Dice que después de unos años, está convencido de que es mucho más valioso tener la capacidad de probar, tomar decisiones rápidas y extraer aprendizajes de esas decisiones, incluso si las consecuencias son negativas, que, por el contrario, analizar las cosas sentado en un escritorio, y pidiendo permisos eternamente para tomar decisiones. Esto es la base de Facebook para detonar innovación y es algo que culturalmente, conecta a la perfección con la visión Millenial del mundo, en el que no ven mucho sentido a pedir permisos pues cada persona es igualmente valiosa, y comparte derechos y obligaciones.
No todo termina ahí. El gran secreto de conexión con sus empleados en la mayoría de estas corporaciones está en la libertad que otorgan. Paradójicamente, creen en la madurez de sus empleados y establecen trabajo basado más en objetivos que en formas u horarios de trabajo, a pesar de que pueden parecer salones de juego por la cantidad de divertimentos e instalaciones que ponen en las manos de sus empleados. Una gran muestra de ello se puede ver en la película The Internship, Aprendices fuera de línea-, un gran instrumento de mercadotecnia de Google, que cuenta la historia de dos hombres mayores que ingresan a trabajar como becarios en un mundo lleno de actividades recreativas dentro de la propia empresa del buscador. Estos ambientes libres se extienden a otros ámbitos, por ejemplo, la vestimenta. Es bastante común ver que, en las reuniones de trabajo en las oficinas de estas empresas, o entrevistas laborales, se recomiende dejar el traje y la corbata de lado, vestir de manera cool e informal, pues la cultura de la empresa es bastante relajada. Estas empresas son, en resumen, una extensión del estilo de vida de los Millenials, quienes ven en ellas no solo un espacio de realización profesional, sino un espacio más que enriquece su vida personal.
La transparencia, ruptura de jerarquías, y organizaciones más horizontales, cuidado con el medio ambiente, y una cultura de celebración y reconocimientos, son otros de los ingredientes de estas compañías. Lo que es un hecho es que lo que hace que los jóvenes estadunidenses, y de muchos otros países en el mundo, aspiren a trabajar en un lugar, tiene mucho que ver con su cultura y sus valores.