RIO DE JANEIRO. La primera sesión de debate para analizar la apertura del proceso de juicio político contra la presidenta brasileña Dilma Rousseff, inició hoy aquí en la Cámara Baja, donde las partes presentan sus argumentos antes de la votación clave del domingo.
El presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, acérrimo opositor al gobierno y promotor del proceso de “impeachment” (juicio político), abrió la sesión en torno a las 09:00 de la mañana, como estaba previsto.
El Supremo Tribunal Federal (STF) rechazó la noche del jueves el recurso del Abogado General de la Unión (AG), José Eduardo Cardozo, quien representa a la defensa de Rousseff, para retrasar el inicio de las sesiones alegando que el proceso contra la presidenta está “viciado”.
En una larga sesión de plenario, que terminó cerca de las 01:00 de la madrugada, el Supremo brasileño señaló que no existen motivos para posponer o incluso suspender la votación de este domingo, en una decisión interpretada como una derrota para el Ejecutivo.
En la sesión de la Cámara Baja de este viernes la acusación volvió a reiterar que Rousseff practicó un “fraude y engaño” al pueblo brasileño por medio de la manipulación de las cuentas públicas de 2014 y 2015, base jurídica alegada por la oposición para presentar el “impeachment”.
Cardozo, quien hasta hace unas semanas ocupaba el cargo de ministro de Justicia, dijo que el “impeachment” está “viciado” porque se produjo un “desvío de poder” por parte del presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, al aceptarlo “en retaliación” al Ejecutivo por retirarle el apoyo ante las investigaciones de corrupción por la trama Petrobras.
En un enérgico discurso de 25 minutos, Cardozo también dijo que Rousseff no practicó ningún acto ilegal y dijo que se está llevando a cabo “un golpe”.
“La historia jamás perdonará” una ruptura democrática“, dijo Cardozo.
La sesión de este viernes marca el inicio del proceso de votación de juicio político contra Rousseff en la Cámara Baja, donde el domingo los 513 diputados se manifestarán acerca de si aprueban o no que la presidenta sea juzgada por el Senado.
Si el “impeachment” logra el apoyo de dos tercios de los diputados -algo que la prensa brasileña da como seguro-, el proceso seguirá en el Senado, donde en votación por mayoría simple los senadores pueden apartar del cargo por 180 días a Rousseff mientras es juzgada.