MADRID. Un gol del venezolano Miku a los 81 minutos permitió al Rayo Vallecano lograr una victoria (2-1) que le acerca a la permanencia frente a un Villarreal que acusó el desgaste físico de jugar competición europea y las rotaciones efectuadas por su técnico.
En plena euforia tras pasar a las semifinales de la Liga Europa, el Villarreal se plantó en Vallecas dispuesto a asentarse en la cuarta plaza ante el acecho del Athletic.
Su plan no le salió bien, porque el Rayo salió con una marcha más y aprovechó esa circunstancia para adelantarse en el marcador a los siete minutos con un gol de Javi Guerra, que no falló su remate dentro del área tras un balón rebotado por Areola a disparo de Miku.
Con ventaja en el marcador, el que más lo siguió intentando fue el Rayo, que causó mucho peligro por la banda izquierda que comandó Bebé, que pudo ampliar su diferencia con un par de remates que desbarató Areola.
El Villarreal no perdió la calma, se adaptó al ritmo que marcó el Rayo y solo tuvo que esperar su oportunidad, que llegó a los veinte minutos cuando el mexicano Jonathan Dos Santos puso un balón a la espalda de los centrales que recogió Adrián y, ante la salida de Juan Carlos, cruzó su remate al fondo de las mallas.
El gol no minó el ánimo del equipo madrileño, que siguió dominando y llevando la iniciativa ofensiva ante un Villarreal que tampoco cambió su forma de jugar y presentó un once muy renovado respecto al último partido europeo, con cinco novedades y ausencias significativas como las de Bruno, Bakambu, Castillejo o Soldado.
En la segunda mitad, el conjunto visitante adelantó líneas y comenzó a multiplicar sus acercamientos al área de Juan Carlos aprovechando la velocidad de Denis Suárez y Leo Baptistao.
Esos fueron los peores minutos del Rayo, que encontró un revulsivo con la lesión del central portugués Zé Castro y la entrada de Jozabed Sánchez, que ejerció como centrocampista junto a Roberto Trashorras en su primer partido tras casi dos meses de baja.
Con esa dupla en la medular, el Rayo mejoró mucho sus prestaciones, pero Paco seguía sin verlo claro y puso todo su potencial ofensivo sobre el campo con Manucho, que se unió Javi Guerra y a Miku para formar un tridente atacante.
El delirio en las gradas llegó en el minuto 81, cuando Miku, dentro del área, remató de cabeza un balón centrado desde la izquierda y puso el segundo en el marcador.
El gol supuso un mazazo para el Villarreal, que lo intentó hasta el final a la desesperada con Bakambu de referencia, pero el Rayo, bien ordenado, impidió la igualada.