En México, ocho de cada 10 pequeñas y medianas empresas (pymes) han sido víctimas de fraude. De éstas, la mayoría (81%) registró el agravio desde el interior de la propia compañía.

 

De acuerdo al Informe de Fraude Global 2016 de la consultora de riesgo Kroll, en estos casos 45% de los daños fue realizado por empleados júnior de la propia empresa, mientras que poco más de una tercera parte (36%) fue responsabilidad de un trabajador con cargo medio o alto. En tanto, 23% de estos fraudes los realizó un intermediario o agente externo de la compañía.

 

El reporte destacó que entre 2014 y 2015 aumentó entre las pymes en México 63% la incidencia de fraude respecto al sondeo previo, ubicándose por encima de la media mundial que es de 75%.

 

Según la consultora, México registró la tasa más alta en fraudes por proveedores o en compras, con 23%; la tercera más grande en malversación de fondos de la compañía cifrada en 10% y el segundo mayor número de empresas que sufrieron al menos algún daño financiero, en 73%.

 

Con pérdidas equivalentes a 0.8% de sus ingresos, México empató a Brasil como segundo lugar entre las naciones más afectadas por los fraudes a empresas, sólo detrás de Colombia.

 

Para Kroll, las principales afectaciones registradas por las pymes a nivel nacional por el tema de fraude son el robo de activos (23%), estafa por parte de algún proveedor (23%), el robo, ataque o pérdida de información (17%), así como la malversación de fondos de la compañía (10%).

 

No obstante, pese a que 67% de las pymes en México observó un incremento en los incidentes de fraude, no han invertido en estrategias para prevenir y atacar este tipo de amenazas, agregó el reporte.

 

“La prevalencia de fraude en México ha puesto a este país por encima de la media mundial”, concluye el reporte.