Después de una gran expectativa entre países productores de petróleo vino la realidad, después de que no se alcanzó un acuerdo y dejar todo intento para las siguientes reuniones en los próximos meses.

 

En enero pasado se levantaron las sanciones económicas a Irán. Esto implica por un lado que podrá recuperar los 30 mil millones de dólares en reservas en monedas extranjeras, además, un mayor intercambio comercial mundial que incluye la venta de petróleo. Durante los últimos años, Irán vendió poco más de un millón de barriles al día a países como China, India, Japón y Corea del Sur. Ahora, podrá regresar al mercado hasta con una venta diaria por el equivalente de 2.5 a 3.0 millones de barriles en la medida que logre mejorar su infraestructura. Con esto quedaba claro que a través de precios más competitivos, Irán recuperaría cuota de mercado y difícilmente se sumaría al acuerdo de congelamiento de producción diaria propuesto por Arabia Saudita, Rusia, Qatar y Venezuela.

 

Con la noticia sobre un posible acuerdo los precios recuperaron casi 60% de su cotización, sin embargo, la rivalidad entre Irán y Arabia Saudita sería un elemento de “alto riesgo” para alcanzar un consenso. Ambos países rompieron relaciones por la ejecución de un prominente clérigo chiita. Existen diferencias importantes entre ambos países. Arabia Saudita está gobernada por una monarquía que practica el islam más conservador, e Irán con una fe musulmana más revolucionaria, apoyos y necesidades diferentes de ambos países hacia Siria, Irak, Yemen, y desde luego la importancia del petróleo dentro del ámbito económico y político mundial.

 

Previo a la reunión había comentarios “cruzados” entre los ministros del petróleo de cada país. Irán desde un principio mencionó estar de acuerdo con el congelamiento, pero por el levantamiento de sanciones requería incrementar su participación de mercado y, por lo tanto, no estaría firmando este convenio.

 

Arabia Saudita, por su parte, mantuvo un crecimiento en su producción diaria hasta el mes de marzo casi histórico. Después condicionó el éxito de la reunión a que Irán también lo firmara y amenazó con incrementar la producción diaria en casi un millón de barriles en forma casi inmediata en caso de no sumarse.

 

A la reunión acudieron países que en su conjunto representan 60% de la producción diaria, pero sin la presencia de potencias como Estados Unidos, China, Canadá, Brasil, Noruega; México acudió sólo como “observador”, ya que su producción diaria de crudo viene a la baja.

 

Así, los costos del petróleo podrán entrar ya a una sana consolidación de precios, aunque es probable que la volatilidad continúe. No descartemos ajustes esta semana que podrían presionar a nuestra divisa y, en este caso habría que estar pendientes si el Banxico activa la venta de dólares, directa y a discreción.

 

Vemos que el referente WTI podría regresar pronto a niveles de 35 ó 34 dólares por barril y, por lo tanto, la mezcla mexicana que alcanzó niveles de casi 34 dólares pudiera retornar a los 27 dólares en el corto plazo.

 

El peso mexicano terminó la semana en 17.57 frente al dólar a la venta en la parte interbancaria, pero podría mostrar algunas presiones al alza y probar sus máximos recientes cerca de los 18.00 o más, según la volatilidad global que podría incluir a mercados accionarios y monedas.