Este martes comienza la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre Drogas 2016 (UNGASS, por sus siglas en inglés), una reunión a la que convocaron México, Guatemala y Colombia (de manera urgente) para discutir la política prohibicionista que prevalece desde mediados del siglo pasado, la cual ha generado problemas sociales y de seguridad en estos tres países.

 

Originalmente, la asamblea debía de celebrarse en 2019, pero en diciembre de 2012 México, Guatemala y Colombia pidieron adelantarla. Desde entonces, representantes de los países que integran Naciones Unidas empezaron las negociaciones para llegar a la UNGASS.

 

En estos años se crearon dos bloques: el de México, Guatemala, Colombia y otros países latinoamericanos que quieren una política más flexible ante las drogas; y el de Rusia, China y los países árabes, que pugnan por seguir con el prohibicionismo. El punto será qué dicen los demás Estados, que hasta el momento se han mantenido al margen del debate.

 

Una de las personas que participó como observadora de las negociaciones para la UNGASS 2016 es Lisa Sánchez, especialista en políticas de drogas de México Unido contra la Delincuencia. Ella explicó que el papel de nuestro país fue muy activo para se incluyeran temas como reducción de la violencia, enfoques de género, derechos humanos, prevención de los consumos problemáticos y el reconocimiento de las consecuencias económicas y sociales de las políticas de drogas.

 

La especialista en políticas de drogas explicó que ahora hay que ver qué postura llevará el presidente Peña Nieto, la cual no está muy clara: por un lado está la agenda que México impulsa en foros internacionales, mientras que por otro está la política interna, en la que el Estado se niega a cambiar de paradigma.

 

Para el ex diputado federal y promotor de la legalización de la mariguana, Fernando Belaunzarán, la postura de México en el tema de las drogas es contradictoria, pues mientras en lo internacional forma parte de un bloque que busca la legalización con reglas claras de consumo, en el país sigue sin dar ese paso para cambiar la política prohibicionista que tantos problemas ha traído en la última década.

 

“Está bien que eso haga en los foros internacionales, pero no puede ser candil de la calle y oscuridad de la casa. No puede esperar que China, Rusia y los países árabes nos den permiso para modificar un modelo que ha sido desastroso para el país, que nos pone con cifras similares a la de una guerra civil”, dijo quien durante su estancia en la Cámara de Diputados (la pasada legislatura) propuso legalizar el consumo de la mariguana.

 

Belaunzarán mencionó que pese a que todo parece indicar que no habrá cambios sustanciales en la política prohibicionista dentro de la ONU, lo que sí ve es la posibilidad de que se abran espacios para reinterpretar los tratados internacionales, lo que México debería aprovechar para desarrollar una política pública parecida a la de Uruguay, donde la mariguana ya es legal y no pasó nada malo.