Músicos, personalidades de la cultura y la política, incluido el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lamentaron la muerte de Prince, considerado un ícono de la música y uno de los artistas visionarios que redefinieron la industria musical y marcaron una época con sus canciones. El cuerpo del artista fue encontrado la mañana de ayer en su residencia de Paisley Park, en su natal Minessota. Tenía 57 años y su fallecimiento ha sido lamentado por personalidades como Justin Timberlake, Billy Idol, Stevie Nicks, Madonna, Daryl Hall, Goldie Hawn, Samuel L. Jackson, Lionel Richie, Chris Rock, Nile Rodgers, Katy Perry, Gene Simmons y centenares de celebridades más de la política, el arte y el deporte.
Prince Rogers Nelson, su nombre completo, comenzó su prolífica carrera en la década de 1970, y entre sus múltiples éxitos destacan canciones como “Little Red Corvette”, “Let’s Go Crazy”, “Purple Rain” y “The Most Beautiful Girl in The World”.
Nació el 7 de junio de 1958. De pequeña estatura (media apenas 1.57 cm.), tenía un gigantesco talento que lo sitúo como un músico vanguardista que sin temor retó a las grandes compañías disqueras y se volcó en la independencia. Poseedor de uno de los sonidos más originales y cautivadores, fue multiinstrumentista y actor. Además de los siete premios Grammy que se acreditó, también ganó un Oscar en 1984, por el soundtrack de la película Purple Rain.
Llevaba la música en la sangre. Su padre era integrante del grupo de jazz Prince Rogers, y su madre era cantante. Poseedor de un talento nato, Prince aprendió a tocar el piano a los 7 años, la guitarra a los 13 y los tambores a los 14. En 1978, a los 20 años de edad, debutó con el álbum For You, con el que anticiparía sus habilidades en la composición e interpretación.
Prince entregó el Grammy al álbum del año, en 2015, y cuando subió al escenario expresó: “Los álbumes todavía importan, como los libros y la vida de los negros”, en referencia al movimiento Black Lives Matter de protesta contra la violencia hacia personas de raza negra.
Entrada la década de 1990, el estadunidense comenzó sus peleas públicas con las compañías disqueras. The Love Symbol Album, su disco de 1992 donde mostraba sus influencias electrónicas para seguir en la cima del pop, se hacía reconocer por el símbolo del amor, lo cual le valió duras críticas por un sector de la prensa. Era un tipo arriesgado, incluso si los números en ventas resultaban un fracaso. Jamás se midió por la cantidad de copias que podría colocar.
Emancipation, de 1996, fue uno de los trabajos más notables de su discografía. Su último álbum fue un trabajo doble titulado HITnRUN: Phase One and Two (2015). Al momento de su muerte preparaba un libro con sus memorias, cuyo título tentativo es The Beautiful Ones y sería publicado a finales de 2017 por la editorial Spiegel & Grau.