BRUSELAS. La estación Maelbeek del metro de esta capital, que se convirtió en escenario de terror por los atentados del pasado 22 de marzo, será reabierta a los pasajeros a partir del próximo lunes, informó la compañía de transportes públicos Stib..
La mañana del 22 de marzo, una bomba fue accionada en la estación Maelbeek del metro de Bruselas, y otras dos bombas fueron estalladas en el aeropuerto internacional Zaventem, que en conjunto dejaron 32 personas muertas y al menos 230 heridos.
La rehabilitación de la estación costó 112 mil 669 dólares ( 100 mil euros) a las autoridades locales, incluyendo los costos de diversas inspecciones que se han tenido que efectuar para comprobar la estabilidad de las estructuras de la estación y de la línea.
La cadena pública francófona RTBF precisó en su página web que aún falta por concluir algunas obras en la estación, que resultó dañada por la explosión provocada por un suicida que viajaba en uno de los vagones de metro que efectuaba parada en sus andenes el pasado 22 de marzo.
En cambio, la estabilidad de su infraestructura no se vio afectada, por lo que el Gobierno regional de bruselas ha tomado la decisión de volver a abrirla al público tras su restauración.
Antes de la reapertura oficial, los supervivientes de la explosión y los socorristas que les ayudaron ese día están invitados a visitar la estación el sábado, acompañados de psicólogos.
La estación ha ganado un “muro de recuerdos” donde los pasantes podrán expresar sus sentimientos con respecto a los atentados.
La compañía de transportes públicos (Stib) de Bruselas también pretende instalar en la estación, en los próximos meses, una obra conmemorativa encargada al artista plástico belga Benoît van Innis, autor de varios dibujos en blanco y negro que decoran ya los muros de Maelbeek.
Tras los atentados del pasado 22 de marzo, la circulación en la línea de metro que pasa por Maelbeek, vecina a las instituciones de la Unión Europea, ha sido suspendida durante tres días.
Los trenes se han reactivado enseguida, pero sin parar en la estación afectada, cuyo andén ha sido disimulado detrás de grandes paneles plásticos.