La cuarta parte de los diputados federales ha presentado sólo una iniciativa desde que asumió el cargo de elección popular, en septiembre del año pasado. Se trata de 121 legisladores de todos los partidos, quienes han costado al erario, únicamente si se toma como base su dieta mensual, 71 millones 632 mil pesos, en lo que va de su gestión.

 

De acuerdo a una revisión realizada por 24 HORAS a la base de datos de Servicios Parlamentarios de la Cámara de Diputados actualizada al 7 de abril pasado, del total de diputados 51 corresponden al PRI; 39, al PAN; 8, al PVEM; 6, a Morena; 4, a Movimiento Ciudadano; y 2, a Nueva Alianza.

 

Cada legislador recibe una dieta mensual de 74 mil pesos, más 45 mil 800 pesos por asistencia legislativa y 28 mil 800 pesos para atención ciudadana.

Tabla: Xavier Rodríguez

 

De los documentos presentados por estos legisladores, 80% están en la congeladora o “son iniciativas muertas”, ya que no han sido discutidas en comisiones.

 

En la base de datos de la Cámara de Diputados se incluyen legisladores con licencia, como Miguel Ángel Yunes Linares, hoy candidato de la alianza PAN-PRD a la gubernatura de Veracruz.

 

Khemvirg Puente, coordinador de la Maestría en Gobierno y Asuntos Públicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experto en transparencia en agenda legislativa, explicó que las iniciativas son sólo un indicador para determinar la productividad de un legislador, pero ante la opacidad del Congreso en revelar otros índices de desempeño se corre el riesgo de simplificar el trabajo de los diputados en elaboración de iniciativas.

 

“Es sólo una de muchas funciones que deben realizar los diputados, pero es una muy importante y fundamental: crear leyes o proponer cambios en éstas. Este dato (procesado por 24 HORAS) es un indicador muy cercano al desempeño que en otras áreas tienen los legisladores”, consideró el investigador.

 

El coautor del libro La rendición de cuentas y el Poder Legislativo, reflexionó: ¿Cómo evalúas el desempeño si no informan? Ése es el desafío que tienen los legisladores en el futuro. El Legislativo seguirá recibiendo evaluaciones negativas como consecuencia de la falta de otros indicadores para medir su trabajo”.

 

Durante la LXIII Legislatura también ha imperado el rezago en las comisiones, toda vez que siguen acumulándose las iniciativas sin que éstas sean dictaminadas o desechadas.

 

Puente agregó que no todas las iniciativas tienen la calidad o trascendencia para convertirse en un dictamen positivo, pero consideró que las comisiones están obligadas a revisar dichos documentos.