HANNOVER. El presidente estadunidense y la canciller alemana destacaron sus coincidencias al repasar un amplio rango de temas internacionales durante su reunión bilateral en Hannover. Obama se mostró convencido de que es posible cerrar las negociaciones del llamado acuerdo comercial de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones (TTIP), para finales de este año, el último de su mandato, aunque no su ratificación, y alertó de que si no se aprovecha esta ventana de oportunidad el tratado podría quedar en el aire durante años.
“El tiempo no está de nuestra parte”, aseguró Obama, quien indicó que las “transiciones” políticas que van a vivir ambas partes del acuerdo -en relación a las elecciones en EU este año y a los comicios en Francia y Alemania el que viene- podrían ralentizar las negociaciones.
Los dos incidieron en que el TTIP ayudará a elevar los estándares de protección del consumidor, así como los laborales y los medioambientales, frente a las crecientes críticas en este sentido a ambos lados del Atlántico, algo que quedó patente con decenas de miles de manifestantes contra el acuerdo en las calles de Hannover.
Ambos coincidieron en respaldar las conversaciones del gobierno sirio con la oposición moderada en Ginebra y se mostraron preocupados por las violaciones crecientes del cese de hostilidades acordado en Siria a instancias de EU y Rusia.
En ese contexto, Obama señaló que rechaza el establecimiento de una zona de seguridad en el norte de Siria por una mera “cuestión práctica” y no por una “objeción ideológica”, ya que estima que para poder aplicar esta medida de forma efectiva habría que tomar militarmente gran parte de Siria.
Obama y Merkel subrayaron también su defensa de los principios de integridad territorial y soberanía nacional de Ucrania, en referencia a la anexión rusa de Crimea y el conflicto armado en el Donbas, y afirmaron que las sanciones a Moscú sólo se levantarán si se implementan “completamente los acuerdos de Minsk”.
En este contexto de sintonía, Obama aprovechó su comparecencia conjunta para alabar la postura de la canciller en la crisis de los refugiados, por defender políticas no especialmente populares, al asegurar que Merkel estaba “en el lado correcto de la historia”.
El presidente comentó que en el mundo actual es “muy difícil” construir muros y que quizá la canciller adoptó esta postura porque ella misma estuvo “tras un muro”, en referencia al de Berlín, ya que hasta su caída Merkel vivió en la Alemania oriental.