WASHINGTON. El magnate Donald Trump trató de superar las críticas que han generado hasta ahora sus ideas sobre relaciones internacionales con un largo discurso en el que prometió “desoxidar” la política exterior de EU, ajustarla a sus ideas nacionalistas e inyectarle una buena dosis de “imprevisibilidad”.

 

En un discurso en Washington, trató de aportar seriedad a un área de su campaña, la política exterior, que ha generado nerviosismo fuera del país y en la que se le ha criticado desde su temeridad hasta su tendencia al aislacionismo.

 

“‘Estados Unidos primero’ será el principio predominante de mi Administración”, destacó el magnate.

 

El líder de la primaria presidencial de la oposición se refirió a varios temas puntuales, pero nunca se explayó demasiado.

 

Habló del NAFTA -el tratado de libre comercio que une a Canadá, Estados Unidos y México- y lo calificó como “un desastre total”, habló de Moscú y dijo: “Algunos dicen que los rusos no son razonables, intentaré descubrirlo”; habló de China y propuso “buscar puntos en común basados en intereses compartidos”; y habló del Estado Islámico y prometió que “sus días están contados”, pero no explicó cómo lo haría porque eso eliminaría el elemento de “imprevisibilidad” que, a su juicio, es clave tanto en la negociación como en el combate.

 

El magnate abogó por “dejar atrás la falsa canción de la globalización” para que “ningún ciudadano estadunidense sienta que sus necesidades están por detrás de las de los ciudadanos de un país extranjero”, un mensaje nacionalista que encaja con su proteccionismo en el plano económico.

 

El magnate, que ha criticado la decisión del ex presidente George W. Bush de invadir Irak en 2003, acusó al actual mandatario, Barack Obama, de continuar con los errores de su predecesor con su intervención en Libia en 2011 y sus políticas hacia Siria y Egipto.

 

“Cada una de estas acciones han ayudado a expandir el caos en la región y dar al Estado Islámico el espacio que necesita para crecer y prosperar”, opinó.

 

Trump acusó también a Obama de “desagradar a sus amigos e inclinarse ante sus enemigos” y puso como ejemplo el “desastroso” acuerdo nuclear con Irán y el hecho de que el presidente cubano, Raúl Castro, no fuera a recibirle al aeropuerto de La Habana cuando aterrizó allí en marzo.

 

Adelantó, además, que cuando llegue al poder convocará una cumbre con los aliados de EU en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y otra con los países asiáticos, porque ninguno de ellos está “pagando la parte justa” por su propia defensa.

 

“Los países a los que estamos defendiendo deben pagar el coste de esta defensa, y si no, Estados Unidos debe estar preparado para dejar que esos países se defiendan solos”, sentenció.