La Cámara de Diputados aprobó por 371 votos a favor el dictamen que reforma la Ley General de Cultura Física y Deporte, para fomentar la cultura de la paz y la no violencia en el sector.
El documento que fue avalado por el pleno surge de una iniciativa que presentó el diputado priista Fidel Kuri Grajales, y modifica las fracciones XI y XII del artículo 3, XXIII del artículo 30 y I y II del artículo 140.
Asimismo se adiciona la fracción XIII al artículo 3; de la Ley General de Cultura Física y Deporte.
El artículo 3 establece que el desarrollo del derecho a la cultura física y el deporte tienen como base una serie de principios que ahí se mencionan.
Entre estos, se agregó en la fracción XIII que se deben “fomentar actitudes solidarias, propiciar la cultura de paz, de la legalidad y la no violencia en cualquier tipo de sus manifestaciones”.
El artículo 30 se refiere a las atribuciones de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), y en la fracción XXIII se precisa que se deben definir los lineamientos para la lucha contra el dopaje en el deporte, prevención de la violencia y se incorpora “el fomento de la cultura de paz en el deporte”.
En el capítulo VI, de la prevención de la violencia en el deporte, se modifican las fracciones I y II del artículo 140 para propiciar e impulsar la cultura de la paz en el deporte, fomentar, coordinar y realizar campañas de divulgación y de sensibilización en contra de la violencia y propiciar la cultura de la paz.
Al presentar el posicionamiento de la Comisión de Deporte, el diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) dijo que los juegos deportivos son factor de convivencia social, contribuyen al sano desarrollo de las relaciones sociales y tienen varios alcances como la cooperación, solidaridad y cohesión familiar, entre otros.
Dijo que el deporte acarrea pasión, suscitando en muchas ocasiones el desbordamiento que conlleva a actos violentos, a nivel de cancha y extra cancha y en todos los niveles de competencia, desde el juego llanero hasta competencias a escala mundial, con lo que se desvirtúa la esencia armónica del deporte.
Por ello, consideró necesario la promoción de una cultura de paz en el deporte desde todos los niveles, profesional y amateur, en todas las competencias.
Expuso que la violencia es un fomento social visible, prácticamente en todos los aspectos de la vida cotidiana, pues responde a la necesidad de los individuos de desahogar su frustración y “desafortunadamente ese tipo de comportamientos también afecta el desarrollo del deporte”.
Por ello, dijo, en las últimas décadas resulta muy común escuchar de conductas violentas cuando se realizan eventos deportivos. Estos comportamientos son cometidos tanto por los deportistas como por los espectadores.
Este fenómeno, aclaró, no es exclusivo de México, y los numerosos estudios realizados en la materia coinciden en que estas conductas se vinculan directamente a la frustración social por el deterioro los niveles de vida, la falta de oportunidades, resentimiento social o crisis de identidad.
Los actos de violencia traen como consecuencia importantes pérdidas económicas debido a los daños en la infraestructura deportiva y en el mobiliario urbano; trasgreden la libertad y la seguridad de las y los ciudadanos y del desarrollo integral de la familia, arrebatando espacios destinados a la convivencia y sano esparcimiento.