Cuando una persona escucha la palabra riesgo, en su cerebro diferentes áreas en función del significado se activan y si está al borde de un acantilado se activarán zonas muy distintas a las que pone en marcha cuando conversa sobre alguien molesto o una situación similar.
Desde nuestros primeros años de vida, a través de las palabras reconocemos la realidad y hoy un equipo de científicos encontró que nuestro cerebro usa un atlas para las palabras. Y que términos con significados parecidos o ligados por su significado activan las mismas áreas.
La investigación además contradice la idea generalizada de que el lenguaje solo es cosa del hemisferio izquierdo, usamos ambos.
El equipo liderado por Jack Gallant, de la Universidad de California(Berkeley), realizó un estudio basado en imágenes para medir las señales cerebrales e identificar las distintas zonas en función cuando se escuchan historias y la revelación es que desarrollamos toda una organización del sistema semántico en el cerebro: en cien áreas diferentes de ambos hemisferios en la corteza cerebral se acumulan las palabras.
El procedimiento para mapear el sistema semántico consistió en reclutar a siete personas para que escucharan por dos horas un popular programa de radio en Estados Unidos, donde los participantes relatan sus historias personales. Mientras los voluntarios oían las anécdotas, sus cabezas estaban al interior de un escáner cerebral. Se les realizó una resonancia magnética funcional.
Los resultados revelaron, por ejemplo, que las palabras madre, compañeros, hogar, esposa o padre están relacionadas con un aumento de la actividad en la zona donde se unen el lóbulo temporal derecho y el lóbulo parietal.
En tanto, aquellos términos con múltiples significados aparecen en diversas zonas del cerebro según el contexto en que sean usados.
Los especialistas señalan que los individuos activaron las mismas áreas cerebrales ante los mismos fragmentos del programa, sin embargo el científico Jack Gallant indicó que existieron algunas diferencias individuales, así como la muestra fue pequeña y todos pertenecen a la misma cultura occidental.
“Es muy posible que las distintas culturas, sociedades o idiomas conlleven organizaciones distintas del sistema semántico. Pero es un primer paso que abre la puerta a completar estos datos“, explica el especialista en neurociencia cognitiva Martín-Loeches.
¿Derriba un mito ?
Una de las ideas que viene a cuestionar esta investigación, es que el lenguaje se procesa del lado izquierdo del cerebro, porque supuestamente las evidencias mostraban que tras una lesión en dicha parte, los enfermos perdían la capacidad de hablar o procesar las palabras.
No obstante, el estudio evidenció que en lado derecho se activan casi 50 áreas para crear un atlas de conceptos. Según los científicos, el “dogma de la lateralización viene heredado de estudios sobre la producción del lenguaje, no de la comprensión del lenguaje como han estudiados ellos”.
Sin duda, los resultados de este trabajo ayudan a entender cómo los humanos mediante las palabras significamos nuestro mundo y a través de ellas jugamos para distintos propósitos, sólo basta recordar el inicio de la novela Lolita de Vladimir Nobokov:
“Lo-lee-ta: the tip of the tongue taking a trip of three steps down the palate to tap, at three, on the teeth. Lo. Lee. Ta. (Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse en el tercero, en el borde de los dientes.)” (Con información de El País, Nature e Hipertextual)
jr