Decía mi abuela que no había que hacer los borregos pandos cuando se planeaba sobre el imaginario de un resultado desconocido. Y tenía razón, una cosa es tener metas y ambiciones y otra es proyectar con base en algo inexistente.

 

No es el momento de hacer los borregos pandos con los precios del petróleo ahora que los hemos visto en estos niveles de casi 50 dólares en el caso de los principales referentes internacionales, el Brent del Mar del Norte y el West Texas Intermediate.

 

En el caso del petróleo mexicano, cuyo promedio de precio de los tres tipos conocemos como mezcla mexicana, está cerca de los 40 dólares por barril. No habíamos visto estos costos desde octubre del año pasado.

 

Esa revaluación de los precios del crudo ha tenido, además, el efecto colateral de revaluar la cotización del costo frente al dólar, porque la relación es directa y en espejo entre ambos indicadores.

 

Hay que recordar que en aquellos días en que un barril de petróleo mexicano estaba en 18 dólares, era necesario desembolsar 20 pesos por un billete verde. En la actualidad, hemos visto en casas de cambio dólares en menos de 17.10 pesos.

 

Ha sido una impactante recuperación de más de 70% desde aquellos niveles tan bajos de febrero pasado.

 

Pero la recuperación del mercado petrolero puede ser un espejismo, y planear con base en esta recuperación sería tanto como hacer los borregos pandos.

 

Reuters Petróleo

Les platico la anécdota de la abuela para entendernos: un hombre compró un billete de lotería y cuando llegó a su casa dijo a su esposa y a sus hijos que con el primer premio del sorteo compraría un rancho con muchas vacas, caballos y borregos. Uno de los hijos, entusiasmado, le dijo que él quería subirse en el lomo de un borrego y jugar en el campo. El papá, enojado, le dio una palmada en la cabeza y le reclamó al niño: “Bájese, chamaco, que hace los borregos pandos”.

 

Bueno, el punto es que puede ser un efecto búmeran el que se genere en el mercado. Ya ocurrió el año pasado y puede suceder otra vez.

 

Hay que ver por qué subieron los precios. Primero porque tres importantes productores frenaron su bombeo desde los niveles habituales: Kuwait y Nigeria por huelgas e Irak por la violencia que vive. Esto afectó las cuentas mundiales.

 

Con precios tan bajos se empezó a eliminar la competencia de más altos costos de producción, como muchos pozos de shale gas de los Estados Unidos que suspendieron sus actividades por incosteables.

 

La economía mundial no levanta; al contrario, los pronósticos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial hablan de un crecimiento menor este y el próximo año. Ahí hay la garantía de menor consumo.

 

Y con precios más altos como los de estos días, muchos de esos pozos detenidos podrían bombear algunos barriles para compensar lo perdido. A la par de los productores que habían prometido bajar o al menos congelar su producción han hecho exactamente lo contrario; hoy producen más empezando por Arabia Saudita.

 

Están, pues, haciendo los borregos pandos y el mercado lo puede pagar.

 

Total, hay que estar atentos a un mercado tan volátil como muchos de sus derivados porque podríamos estar lejos de una recuperación.

 

Es posible que el piso sí se haya tocado en febrero pasado, pero sostener estos niveles ascendentes parece que todavía es pronto para asegurarlo.