Esta semana tenemos de nueva cuenta los datos del empleo en Estados Unidos que nos permitirán evaluar la capacidad real sobre una presión hacia el consumo y la inflación futura que sería lo que la Fed pudiera necesitar para registrar otro movimiento de alza gradual en su tasa de referencia. De lo contrario, vemos muy pocos catalizadores que le ayuden a la Fed a mover su tasa de interés en el presente año.

 

Queda claro que la economía de Estados Unidos viene en desaceleración. Desde el segundo trimestre de 2015, cuando la economía creció a tasas anuales de 3.9%, la debilidad global (China, Japón, petróleo), así como la fortaleza en su momento del dólar han afectado por un lado el comercio internacional, y más específico a la producción industrial americana.

 

El mercado espera una creación de empleos de 207 mil plazas. Hasta el cierre de marzo, el promedio mensual en los últimos 12 meses se ubica en 224 mil, en el cual el sector servicios ha generado 92% del total dejando al gobierno con 5% de la participación y a la producción de bienes con 4%, aunque en los últimos dos meses, la manufactura ha perdido empleos.

 

El nivel actual del dólar vs. la canasta de divisas ha venido mostrando un debilitamiento en los últimos días y vale la pena analizarse con detenimiento, ya que está alcanzando sus registros mínimos de agosto pasado.

 

En caso de una mayor debilidad, podría indicarnos que la economía americana transita por un desarrollo dudoso en donde no hay homogeneidad con una producción industrial débil y un sector servicios que crece a ritmos ya limitados.

 

En el ámbito externo parece ser que las políticas monetarias “agresivas” que han definido tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Banco de Japón (BoJ) no están teniendo el impacto necesario, y más allá de una depreciación natural de sus divisas, parecen reflejar una aversión al riesgo y ser monedas de coberturas dentro de una guerra de divisas dirigidas por los bancos centrales, incluyendo a la Fed, desde luego, con un papel estelar.

 

Así, la Fed quisiera seguir subiendo sus tasas de interés un poco más para tener espacios futuros de baja si las condiciones lo requieren, como uso de una política monetaria flexible. Pero hoy no se están dando las condiciones para hacerlo.

 

Los mercados empiezan a resentir por un lado reportes corporativos mixtos con algunos incumplimientos de utilidades, especialmente en Europa y otras regiones. Las bolsas se muestran ya más cautelosas en Estados Unidos, mientras que dominan correcciones en Europa y Japón ante el fortalecimiento de sus divisas.

 

Los precios del petróleo han registrado importantes alzas en las últimas semanas, pero parece ser únicamente un movimiento más financiero y especulativo en donde la sobreoferta prevalece y los inventarios de crudo en Estados Unidos siguen creciendo, aunque de manera más gradual. Creemos que los niveles actuales aparentan reducir su potencial de alza, y a pesar de este rally, el impacto sobre la inflación mundial parece estar muy “acotado”.

 

Los principales mandatos que tiene la Fed son inflación y empleo, así como tasas de interés competitivas. La única variable que tiene hoy la Fed para poder modificar su política monetaria es el empleo, aunque sabemos que la calidad es menor. ¿El dato del próximo viernes ayudará un poco?