NUEVA YORK. La promesa de Donald Trump de deportar a todos los inmigrantes indocumentados de los Estados Unidos si fuese elegido presidente podría restar a la economía de ese país alrededor de 2%.

 

Unos 6.8 millones de los más de 11 millones de inmigrantes que viven ilegalmente en los Estados Unidos están empleados, según estadísticas del gobierno.

 

Expulsarlos de la nación estadunidense podría provocar una caída de entre 381 mil 500 y 623 mil 200 millones de dólares en producción del sector privado, de acuerdo con las cifras de un estudio del conservador centro de estudios American Action Forum, con sede en Washington.

 

Justamente ayer, Trump se mostró a favor de bajas tasas de interés y declaró que, de llegar a la Casa Blanca, probablemente reemplazaría a Janet Yellen en la Reserva Federal.

 

En una entrevista telefónica con la cadena financiera CNBC en la que abordó temas que usualmente no suele tocar, el magnate explicó que si subieran las tasas de interés Estados Unidos encontraría muchos problemas para hacer frente a la deuda pública que alcanza los 19 billones de dólares, una carga fiscal en la que ha venido insistiendo durante su campaña electoral.

 

Esa “tremenda deuda”, dijo, se beneficia actualmente por las bajas tasas de interés, pero si subieran 2 o 3 puntos porcentuales, “no tendríamos país”.

 

“Yellen es una persona de bajas tasas de interés; yo también”, dijo Trump, pero si hay un avance en la inflación, “aunque no vemos señales de ello” ahora, “eso es un tema diferente”, y habría que fomentar un incremento “y frenar las cosas”.

 

Trump se declaró “rey de la deuda” y dijo que le “encanta” endeudarse para desarrollar sus proyectos, pero también reconoció que el entorno económico actual “es muy frágil y hay que ser muy cuidadoso” en ese sentido.

 

En la entrevista con la cadena financiera también se mostró a favor de un dólar fuerte, a pesar de los “estragos” que está causando a Estados Unidos, donde se ven especialmente afectadas las grandes corporaciones con fuerte exposición internacional.

 

El huracán que desató Trump al convertir en inevitable su nominación como candidato presidencial ha dividido esta semana el corazón del Partido Republicano, ha paralizado a algunos de sus líderes y ha provocado el rechazo de familias tan influyentes como los Bush y los Reagan. El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se ha comprometido a apoyar al candidato elegido en las primarias. No obstante, el Presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, aseguró que “aun” no está “preparado” para respaldar la virtual nominación del magnate.