La capilla del Señor de los Trabajos de la delegación Tlalpan se volverá a construir, pero como un santuario más grande sin que intervengan recursos públicos, sino fondeado por benefactores que las propias autoridades han ofrecido conseguir, informó el párroco del templo, Juan Guillermo Blandon.
Entrevistado por Notimex, el sacerdote confirmó que se desistió de la denuncia que presentó ante la Procuraduría General de la República (PGR), luego de que la jefa delegacional, Claudia Sheinbaum, ofreció disculpas al cardenal Norberto Rivera Carrera y a él mismo, así como ayudar a encontrar una solución.
“Ella reconoció que fue un error y ofreció todo el apoyo de la delegación, cosa que estamos negociando, cómo construir la Iglesia, darle solidez al proyecto, desincorporar el terreno porque ellos dicen que del gobierno capitalino, aunque nosotros tenemos posesión de más de 30 años”, explicó.
Detalló que luego de que el viernes pasado unos 300 trabajadores de la delegación y policías demolieron la capilla construida con limosnas de los vecinos y feligreses de las colonias aledañas, acudió a autoridades federales y de la PGR por tratarse de un templo registrado ante la Secretaria de Gobernación es decir, con reconocimiento del gobierno federal.
Sin embargo, ante la apertura al diálogo de las autoridades delegacionales, se desistió de la denuncia penal y ahora se mantienen las mesas de negociación.
Indicó que las autoridades han aclarado que no pueden utilizar recursos públicos para reconstruir el templo, el cual se ampliaría pues es un lugar de culto y encuentro de vecinos de la zona del Ajusco medio donde también se hacen peregrinaciones.
Por ello han ofrecido la búsqueda de benefactores que contribuyan con recursos a volverlo a edificar, lo cual esperan sea lo más pronto posible, pues a pesar de encontrarse en ruinas aún celebran misas, como el pasado domingo y 3 de mayo Día de la Santa Cruz, expuso.
Indicó que de hecho la misa del domingo pasado fue de reconciliación, pues existía mucho enojo, impotencia y coraje de los feligreses hacia las autoridades, por lo que “hemos estado calmando las cosas, hablándoles del perdón, la misericordia, pero aun así la gente está muy lastimada”.
El sacerdote dijo que la forma violenta en que se destruyó el templo pudo derivar en una tragedia e incluso en amotinamiento de los vecinos contra las autoridades, pero se impuso la prudencia y más autoridades reaccionaron a tiempo, lo mismo que la Iglesia.
El padre Juan Guillermo Blandon comentó que se ha pedido por la Iglesia que ya no se construya una capilla, sino un santuario y que se ha proyectado que el terreno de mil 780 metros cuadrados se edifique un templo en una superficie de 500 o 600 metros cuadrados.
Se cederían 200 metros cuadrados a la delegación para que se construya algún centro o edificio público.
Mientras que el resto del terreno sería un atrio, en el que se pueda compartir el uso para eventos de la delegación y para peregrinaciones.