Aunque son las que generan mayor riesgo a la salud, las partículas contaminantes más pequeñas no están siendo enfrentadas con políticas públicas y ni siquiera quedan registradas por los sistemas de monitoreo de calidad del aire, aseguró hoy una experta ambiental.
Las emergencias ambientales en el Valle de México como la vivida esta semana se decretan al registrarse altos niveles de ozono o partículas pm10, pero las de menor tamaño, las pm2.5 y otras nanopartículas, son “las que realmente están provocando un problema de salud pública”, dijo a Efe Giselle García, analista de política pública del Centro Mexicano de Derecho Ambiental.
A diferencia de lo que ocurre con el ozono, cuyos efectos se notan en aspectos como el cansancio o el picor en los ojos, lo que ocurre con las partículas pm, que contienen el llamado “black carbon” (hollín), es que “los síntomas no se van a sentir”.
Lo “peligroso” es que “las consecuencias se ven más bien a futuro”, cuando, por ejemplo, una persona sufre ataques de asma seguidos, cáncer de pulmón o nota que sus gripes se extienden de manera inusual sin curarse.
El azufre contenido en los combustibles es uno de los principales precursores del “black carbon”, por lo que desde el Centro insisten en la implantación y cumplimiento de políticas públicas que frenen el exceso de este componente.
Un tema en el que “llevamos un retraso de casi 10 años”, subrayó García.
“Teníamos un diesel súper sucio, de 500 partes (de azufre) por millón”, y desde su implantación en 2009 se vino incumpliendo la norma de distribuir Diesel de Ultra Bajo Azufre (UBA) en todo el país, señaló.
Ante el riesgo que se denotó años después debido a la composición de los combustibles, en 2015 salió una norma emergente con la que se limita el contenido de azufre a 15 partes por millón.
Pero “el problema no está del todo resuelto”, ya que hasta que no se tenga la norma definitiva, que ya se encuentra en la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) para su consulta, esta restricción no se aplicará a nivel nacional.
Y, de todas formas, esto no ocurrirá hasta 2018, estimó la analista.
Por el momento, la limitación se aplica en la Zona Metropolitana del Valle de México, de Guadalajara, de Monterrey y la Zona Fronteriza Norte, así como en once corredores principales del país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la contaminación del aire es responsable del 1.4 % de las muertes prematuras a nivel mundial y del “0.8 % de los años de vida perdidos con gozo de plena salud”, indica uno de los reportes de la Cofemer en relación a la medida.
García también señaló la relevancia de los oxigenantes en los combustibles -que “en un nivel óptimo de combustión pueden ayudar a que exista menos emisiones”- y la dificultad de que se realicen estudios que analicen la calidad de las gasolinas, ya que estos son “costosos”.
Además, indicó que los transportes pesados, precisamente por el “black carbon”, constituyen el problema principal en la contaminación capitalina, como denuncian muchos de los usuarios afectados por el programa de restricción vehicular Hoy no Circula.
“A pesar de que representan el 15 % de la flota vehicular, están generando entre el 66-80 % de la contaminación”, lo cual es “visualmente advertible” por el humo negro que desprenden sus tubos de escape, precisó la analista.