Fernando Belauzarán Méndez, consejero nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se dijo a favor del uso medicinal y personal de la mariguana, así como el uso medicinal y cultivo legal de la amapola.
“18 países (la amapola) la cultivan legalmente, pero en México no, en México es absolutamente prohibido y tenemos un déficit de morfina en los hospitales, el mismo sector salud acepta esto y hace un año dos terceras partes de los enfermos terminales no tienen acceso a paleativos efectivos contra el dolor, entonces yo considero el derecho humano a no tener dolor; y aquí somos grandes productores de amapola, pero todo es ilegal”.
Por ello, insistió en la necesidad de combatir eso dando oportunidad a los miles de campesinos pobres, y muchos de ellos explotados por el crimen, a que puedan hacer su actividad legalmente y de una manera mucho más rentable para ellos.
Esto para que “en lugar de que sea amapola para el narcotráfico y producir heroína, que sea amapola para la industria farmacéutica y que produzcan morfina, que hay una necesidad, el 92 por ciento de la morfina a nivel mundial, se concentra donde vive el 17 por ciento de la población, es un artículo de lujo para los países ricos”.
Fernando Belauzarán recalcó que existe gran necesidad de estos medicamentos y de aprovechar con ello para impulsar y desarrollar a estados como Guerrero, donde se genera violencia a causa del narcotráfico.
“Necesitamos opciones, cambiemos el esquema prohibicionista que ha sido un gran fracaso, cambiémoslo avanzando en mariguana, pero también avanzando en amapola para la industria farmacéutica”.
Además, celebró que el gobernador Héctor Astudillo, el diputado Ricardo Mejía Verdeja y otros personajes de las diversas fuerzas políticas estén promoviendo y apoyando un nuevo enfoque en política de drogas y en el caso de la amapola resolver un problema humanitario.
Belauzarán Méndez recordó que en 2015 propuso tres cosas en cuanto a la amapola, en primer lugar despenalizar el cultivo de la amapola, regularlo para usos medicinales y hacer una gestión en Viena.
“Si hay amapola legal para la industria farmacéutica hay una fiscalización internacional, vendrían de Viena, de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) vendrían a México a verificar y certificar todo, desde la producción, el procesamiento, todo porque los opiáceos son una sustancia controlada a nivel mundial y fiscalizada a nivel mundial”, expuso.
En este sentido, el papel del Estado sería de trabajo conjunto con la JIFE en todo el proceso de fiscalización, además de a la hora de expedir los registros y dar las garantías. (Con información de Radio Fórmula)