BERLÍN. Los fichajes del centrocampista portugués, Renato Sanches y del central alemán Mats Hummels, que se conocieron con pocos minutos de diferencia, son una muestra más de que el Bayern Múnich sigue con su planificación para mantenerse a medio plazo en la elite europea y consolidar su hegemonía en el futbol alemán.
Ya a mediados de la temporada, cuando todavía no era oficial la marcha de Pep Guardiola ni la llegada de Carlo Ancelotti como su sucesor, se había dado una primera señal en esa dirección con la renovación de los contratos de Thomas Müller, Jerome Boateng y Thiago Alcántara, todos ellos hasta 2021, y el de Xabi Alonso hasta 2017.
Luego siguió la renovación del contrato del meta Manuel Neuer y ahora los fichajes de Sanches y Hummels son un paso más en el marco de esa estrategia.
El de Hummels es un fichaje clásico del Bayern siguiendo la norma de que cuando hay un internacional alemán en el mercado hay que intentar llevarlo a Múnich.
Además, de paso se le quita un jugador más al Borussia Dortmund, el principal competidor del equipo bávaro en la Bundesliga, que ya ha tenido que ver cómo Mario Götze y Robert Lewandowski terminaban vestidos de rojo y blanco.
Hummels, además, es un jugador hecho, con dos títulos de la Bundesliga y uno de la Copa de Alemania a su espalda, además de haber sido titular indiscutible en la selección alemana campeona del mundo en Brasil.
El presidente del Consejo Directivo del Bayern, Karlheinz Rummenigge, al anunciar el fichaje de Hummels calificó al jugador como uno de los mejores centrales del mundo que podía dar un salto cualitativo al equipo.
Sin duda, Hummels llegará con vitola de titular, lo que puede implicar una remodelación del dibujo del equipo en el que Javi Martínez podría volver al centro del campo, donde fue clave en la obtención del triplete en 2013.
Otra variante sería un esquema con tres centrales, en el que Boateng estaría al lado de Javi y de Hummels. Muchos cuentan con que la llegada de Hummels implique la marcha del marroquí Mehdi Benatia, quien no ha destacado en Múnich durante las dos temporadas que lleva en el equipo y ha tenido pésima suerte con las lesiones.
El caso de Renato Sanches es distinto al de Hummels y es, ante todo, una apuesta de cara al futuro. El fichaje tiene el valor mediático adicional de que media Europa estaba detrás del jugador del Benfica, que al final se decidió por el Bayern.
Pese al costo de los dos primeros fichajes del Bayern para la próxima temporada -que debe estar en torno a los 70 millones de eujros sin contar complementos en el caso de Sanches-, es de esperar que esas dos operaciones no hayan sido las únicas que hace en el Bayern en el mercado de fichajes de cara a la próxima temporada.
Está todavía pendiente el capítulo de salidas. Además de Benatia, son candidatos el brasileño Rafinha -se ha dicho que tiene un contrato listo para firmar con el Arsenal- y Götze, que, pese a su indudable calidad, que mostró en el pasado con el Dortmund y que ha mostrado con la selección, no ha encontrado su puesto en el Bayern.
En todo caso, se apunta a que otra vez la intención será tener dos jugadores de garantías para cada posición para hacer rotaciones que impidan el desgaste y para compensar posibles lesiones.
La obligación del Bayern será ganar otra vez la Bundesliga. El reto, ganar la Liga de Campeones. Agregar a esos dos títulos la Copa de Alemania sería la guinda.
Pero todo apunta -así lo muestra el fichaje de Sanches- a que el Bayern no sólo está pensando en la próxima temporada, sino, por lo menos, en toda la era de Carlo Ancelotti, que llegará a Múnich con un contrato por tres temporadas. DEC