La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, retiró fotografías personales y vació los estantes de su despacho, ubicado en el tercer piso del Palacio de Planalto.
Lo que se interpreta como una señal de que se habría resignado a terminar antes su mandato, en vísperas de que el Senado vote este miércoles el juicio político en su contra.
Rousseff recibió este martes al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que podría ser de sus últimas reuniones como presidenta.
Los guardaespaldas del palacio de gobierno brasileño trataron de evitar que los fotógrafos capturaran estas imágenes que evidencian su posible partida.
Si bien, los abogados del gobierno pidieron al Supremo Tribunal Federal detenga la votación en el Senado, un asesor dijo a Reuters en privado que Rousseff espera recibir el jueves la notificación oficial de su suspensión.
Los cargos que se le imputan es haber violado las leyes presupuestarias del país.