MOSCÚ. Cientos de miles de personas marcharon por las calles de Moscú hasta la Plaza Roja portando banderas y retratos de sus antepasados que combatieron o murieron en la II Guerra Mundial (1939-1945), que en Rusia -y en la antigua URSS- se conoce como la Gran Guerra Patria.
Por segundo año consecutivo, el presidente ruso, Vladímir Putin, se situó a la cabeza de la marcha portando una gran fotografía de su padre, que combatió contra la invasión nazi y fue herido cuando el Ejército Rojo intentaba romper el cerco de Leningrado.
Veteranos, jóvenes, ancianos y familias enteras con niños toman parte en esta celebración con ocasión del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi, que desborda patriotismo para recordar a los más de 26 millones de soviéticos que murieron en la contienda.
El regimiento Inmortal marchó por decenas de ciudades rusas, como en la antigua capital imperial, San Petersburgo, donde más de 300 mil personas llenaron la avenida Nevski, la principal arteria de la ciudad.
El líder del Kremlin trazó un paralelismo entre la lucha contra los nazis y el nuevo desafío que constituye para el mundo el terrorismo internacional.
“En estos momentos, la civilización se enfrenta de nuevo al horror y la violencia. El terrorismo se ha convertido en una nueva amenaza global. Estamos obligados a derrotar esa lacra y Rusia está dispuesta a unir fuerzas con otros Estados”, dijo Putin desde la tribuna principal, sobre el Mausoleo de Lenin.