Amnistía Internacional (AI) denunció hoy que Nigeria ha dejado morir a 11 niños y cuatro bebés que se encontraban recluidos en su centro de detención militar en condiciones deplorables, a causa de enfermedades, hambre, deshidratación o heridas.
En reporte, publicado este miércoles, la organización defensora de los derechos humanos denunció las condiciones deplorables que existen en el famoso centro de detención del cuartel de Giwa, en la ciudad nigeriana de Maiduguri, capital del norteño estado de Borno.
AI aseguró que desde febrero pasado al menos 149 personas, entre ellas los 15 menores, perecieron mientras se encontraban detenidos en el cuartel militar de Giwa, donde se cree se encuentran actualmente unas mil 200 personas, entre ellas 120 menores.
El informe, titulado “Si lo ves, vas a llorar: La vida y la muerte en el cuartel Giwa”, contiene entrevistas a ex detenidos y testigos, avaladas por videos y fotos, que sugieren la muerte de numerosas personas a causa de enfermedades, hambre, deshidratación y heridas de bala.
“El descubrimiento de la muerte de bebés y niños de corta edad recluidos en deplorables condiciones en detención militar es tan desgarrador como espeluznante”, afirmó Netsanet Belay, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de AI en África.
Hemos hecho sonar la alarma, en repetidas ocasiones, con respecto al elevado índice de mortalidad entre las personas recluidas en el cuartel de Giwa, pero este descubrimiento demuestra que se trata de un lugar letal, tanto para adultos como para menores, añadió.
El documento de la organización no gubernamental, con sede en esta capital, contiene también varias imágenes captadas vía satélite que corroboran los testimonios de los testigos y ex prisioneros, muchos ellos detenidos “arbitrariamente” por las autoridades nigerianas.
Los niños y niñas, menores de cinco años de edad, fallecieron dentro de tres celdas de mujeres, en las que a lo largo del último año, el número de personas recluidas en estas celdas ha pasado de las 25 de 2015 a las 250.
Amnistía Internacional destacó que tiene informes que confirman que en cada una de estas tres celdas hay al menos unos 20 niños de menos de cinco años, incluidos bebés, quienes viven en graves condiciones de insalubridad, donde las enfermedades proliferan.
“Mientras estábamos allí, murieron tres. Cuando moría un niño, nuestra reacción era de tristeza extrema”, narró a AI una ex reclusa del cuartel de Giwa, quien aseguró haber visto ocho cadáveres de niños y niñas de entre uno y cinco meses de edad y ochos pequeño entre un y cinco años.
Otra mujer de 40 años, quien permanecido recluida más de cuatro meses en el cuartel de Giwa, describió la organización internacional cómo los soldados niegerianos hacían oídos sordos a sus peticiones de atención médica para los niños.
“Cuando llegó el calor, empezó a brotar el sarampión. Por la mañana, cayeron (enfermos) dos o tres; por la tarde, cinco bebés. Se les notaba fiebre, sus cuerpos ardían y lloraban. Tenían los ojos rojos, y salpullido. Al final, vino personal médico, y confirmó que tenían sarampión”, indicó.
Según los testimonios, las condiciones son peores en las celdas de los hombres, a donde los niños varones de más de seis años son trasladados, alejados de sus madres, que quedan en las celdas de mujeres, y sin quien pueda ver por ellos.
“No caben excusas ni dilaciones. El centro de detención del cuartel de Giwa debe cerrarse de inmediato, y todas las personas en él recluidas deben quedar en libertad o ser transferidas a las autoridades civiles”, afirmó Belay.
El responsable de la Oficina de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional en África, consideró que el gobierno de Nigeria debe implantar “con carácter de urgencia sistemas que garanticen la seguridad y el bienestar de los niños y niñas”. DEC