Una larga fila de automovilistas con rostros desencajados espera a las afueras del verificentro Anáhuac, en delegación Miguel Hidalgo; mal humorados, dicen, por el fuerte calor que invade la ciudad y la contaminación que no termina de ceder.
Los automovilistas aguardan su turno (que parece estar muy distante) al interior de sus vehículos, y aprovechan para dar a conocer su descontento por los cambios a la verificación vehicular que serán aplicados el 1 de julio y que les serían aplicables.
José afirma desconocer que los coches anteriores a 2006 no tendrán derecho a obtener los hologramas cero y doble cero. A pesar de que su auto es modelo 2013 y estaría exento de descansar un día entre semana, está molesto a todo cambio realizado por el gobierno. Según él, hasta ahora las medidas implementadas le han afectado directamente en el traslado de su casa al trabajo. Comenta que el transporte público es ineficiente en todos los aspectos, pues ha tardado hasta 40 minutos en abordar el Metro y ha padecido el extravío de alguna de sus pertenencias.
Su principal enojo, afirma, es que las autoridades han castigado a los automovilistas particulares con el Hoy No Circula endurecido, pero no le ha dado la importancia debida a los camiones de carga, de basura y al transporte público.
Un padre con su hijo acaba de entregar su automóvil para su revisión. Ellos opinan que la contaminación no proviene tanto de los vehículos, sino de las grandes corporaciones que se instalan en la ciudad.
Para ellos, que tienen un auto 2007 y carecen de recursos para comprar otro en el futuro próximo, el problema pasa por el aumento de la población en la Ciudad de México, debido a que, según ellos, a más personas, más contaminación.