Miles de chavistas volvieron a marchar hoy en Caracas en respuesta al llamado del Gobierno a respaldar la “revolución bolivariana”, manifestación que coincide con una concentración opositora para pedir celeridad en la activación de un referendo revocatorio del mandato de Nicolás Maduro.
La convocatoria hecha por el Ejecutivo venezolano y los principales líderes del chavismo congregó a miles de representantes de los movimientos sociales, trabajadores y simpatizantes del Gobierno que recorrerán un buen tramo del centro de la capital caribeña hasta una plaza donde se sumará Maduro.
“Verán una concentración de respaldo a la revolución bolivariana, de respaldo al presidente Maduro (…) y a defender la soberanía, vamos a decirle al mundo de qué somos capaces nosotros por defender a nuestra revolución”, dijo durante el inició de la marcha el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz.
El vicepresidente aseguró que esta nutrida manifestación es además una respuesta al expresidente colombiano Álvaro Uribe, que, según ha dicho Maduro, promueve una intervención en Venezuela.
La actividad fue anunciada por el chavismo hace tres días para, según dijeron entonces, hacer el lanzamiento formal del “quinto motor de la economía”, un plan del Ejecutivo de quince actividades con las que el Gobierno espera recuperarse de la grave crisis económica que atraviesa el país.
La marcha fue anunciada unas horas después de que fuera convocada otra de los opositores también en Caracas.
La marcha oficialista coincidió con una manifestación de opositores, que se concentraron hoy en una de las calles de Caracas para exigir a las autoridades electorales que den celeridad a la solicitud de la activación de un referendo revocatorio que permita terminar con el mandato de Maduro.
El presidente venezolano aseguró el viernes que su país está frente a una de las peores amenazas que ha experimentado en los últimos años y por lo que decidió implementar medidas especiales con la declaración de un estado de excepción y de emergencia económica.
Maduro aseguró que sus enemigos, dentro y fuera de Venezuela, están “envalentonados” por el “golpe de Estado” que, dice, le dieron a la presidenta destituida de Brasil, Dilma Rousseff.