Como parte de las conclusiones del Coloquio Internacional “Marihuana, ¿buena o mala para tu salud?” que presentó la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación (SECITI) de la Ciudad de México, en coordinación con la Facultad de Medicina de la UNAM, los expertos nacionales y extranjeros advirtieron que la mariguana como planta no sirve para fines medicinales, es dañina, al coincidir en que sus principios activos, como el Tetrahydrocannabinol (THC) y el Cannabidiol (CBD), ya se estudian porque algunos avances han demostrado que pueden ser útiles en distintas áreas de la medicina.
La información es una parte fundamental sobre la mariguana y sus usos medicinales, resaltaron los expertos médicos de Estados Unidos, Canadá, España, Brasil y México, que participaron en dicho Coloquio y quienes mostraron su preocupación por el incremento del consumo de mariguana en todo el mundo, pero principalmente en jóvenes menores de 20 años, cuyos daños en su cerebro al consumirla son irreversibles.
La percepción del daño que puede causar la mariguana en las personas se ha reducido. La gente cree que no hace daño, incluso que es benéfico consumirla, pero lo más preocupante es que los adolescentes lo crean, sobre todo los que tienen 20 años o menos, porque en su cerebro el daño puede ser permanente.
Incluso, estudios revelan que en Estados Unidos y México, los jóvenes que consumen mariguana a edad temprana llegan a presentan problemas de psicosis o esquizofrenia alrededor de los 21años, cuando empieza apenas su edad productiva, comentó Michael T. Compton, presidente de Psiquiatría del Hospital Lenox Hill y profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Hofstra, de Nueva York, Estados Unidos.
Los especialistas explicaron que el uso de mariguana ha aumentado en todo el mundo, y en México también, debido a que la gente cree que no hace daño e incluso la utilizan como algo benéfico para su salud, pero insistieron en que entre menos edad tengan las personas al iniciar su consumo, mayores daños irreversibles les puede causar en el cerebro. “Después de los 20 años no se ha demostrado que los efectos permanezcan, sí les puede causar paranoia, les produce un estado desagradable y puede ser reversible, pero en el caso de los jóvenes no es así”, agregó Compton.
Muchos países se cree que está legalizada la mariguana no es así, como se supone que ocurre en Portugal y Holanda. En caso de Estados Unidos, no se ha legalizado de manera federal, sólo se ha permitido su uso recreativo, y en cierta cantidad. Entonces hay muchos mitos de que se ha legalizado la mariguana, pero no es verdad, resaltó Oscar Prospero, investigador del Departamento de Fisiología, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El uso médico de la mariguana es por la utilización de sus principios activos, pero ahorita lo importante es facilitar esas sustancias activas a los investigadores para que ellos los estudien y proporcionen información precisa sobre si es o no benéfico su uso medicinal o tiene algunos daños colaterales que deben observarse, añadió el especialista mexicano.
Durante tres días, los especialistas destacaron su interés en que la población esté informada correctamente, con datos científicos para la mejor toma de decisiones al poner sobre la mesa los riesgos, pros y contras, así como la racionalidad del uso de la mariguana.
Francisco Rodríguez de Fonseca, miembro del Comité Científico del Observatorio Europeo de las Drogadependecias y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, España, detalló que en su país está despenalizado el uso de la mariguana, limitada la cantidad de consumo, pero penalizado su tráfico.
Sin embargo, agregó que es preocupante que el uso de drogas, sobre todo de mariguana, se ha visto afectado por el hecho de que cada vez están cultivando variedades más potentes de THC, que es el producto activo de la mariguana, y se ha multiplicado entre tres y cuatro veces y eso ha llevado a aumentar en la misma proporción la demanda de adicción a la cannabis.
Esto quiere decir que el uso de la cannabis está relacionado con la potencia que tiene en términos de uso medicinal, si está permitido el autoconsumo, la automedicación, pero no hay establecido un procedimiento médico supervisado para dar productos de cannabidol, sólo hay una empresa farmacéutica con una empresa inglesa que comercializa la sustancia para dolor neuropático, la espasticidad y para la esclerosis múltiple.
Puntualizó que el uso terapéutico de la cannabis viene limitado por la afectividad, pero hay terapias mucho mejores que la que ofrece el cannabis, al considerar que una legislación correcta para permitir el acceso al producto para un tratamiento correcto puede ser defendida. Siempre y cuando tenga una indicación efectiva, una supervisión médica, porque el cannabis no lo cura todo y detrás de él hay un negocio de enorme cantidad de dinero que se mueve a nivel mundial y puede confundir las intenciones puramente de beneficio.
Si bien el estudio de la planta lleva más de 50 años, hay indicaciones y maneras de utilizarla científicamente que están dando resultados, pero la industria farmacéutica y los gobiernos están limitados por las legislaciones internacionales, que lo califican como un producto potencialmente tóxico, que puede producir abuso, y está limitado en su disponibilidad por las convenciones internacionales, las cuales no permiten el tráfico libre de estas sustancias y están controladas.
Rodríguez de Fonseca dijo que a la mariguana, por ejemplo se le pueden dar usos como en el tercer nivel después de los medicamentos que existen como en el caso de la neuropatía, pero no sirve para curar el cáncer, no hay ninguna indicación; no sirve tampoco para el tratamiento de enfermedades mentales, aunque hay algunas personas que a título personal fumen mariguana y experimentan cierta ansiolisis y mejora de su sueño. Queda mucho trabajo por hacer en investigación y estudios.
“Se debe entender en México que cuando existen intereses económicos como un mercado potencial superior a los 500 mil millones de pesos estamos hablando que hay intereses de tal magnitud que enturbian cualquier decisión. Es necesario unir esfuerzos para dejar claro cuál es la utilización y dimensión del problema al hablar del cannabis, para que la sociedad no se engañe y tampoco estemos ofreciendo a los pacientes terapias milagrosas inexistentes”, dijo.