El jamaicano Usain Bolt, campeón olímpico en 100 y 200 metros lisos, dio hoy en Praga su apoyo al trabajo que realiza la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que ha vuelto analizar muestras guardadas de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y detectado irregularidades en 31 casos.

 

“Es duro, pero creo que este organismo (AMA) debe limpiar el deporte. Si alguien hace trampa debe saber que se le va a cazar”, señaló el atleta caribeño en rueda de prensa, tras participar en un certamen atlético infantil.

 

Sobre esas nuevas pesquisas con las técnicas más avanzadas, Bolt reconoció que no sabía que “se podían analizar muestras tan antiguas”.

 

“Yo solo sigo las reglas, y si dicen que no pueden competir hay razones fuertes y yo no puedo hace nada”, señaló Bolt sobre la posible ausencia del equipo de Rusia, tras la investigación de la justicia de EU, que ha cuestionado la honradez de los atletas rusos en los JJOO de invierno de Sochi.

 

Siempre en referencia al dopaje, Bolt considera que pueden “hacer mejor el deporte para que no suceda”.

 

El atleta correrá en el mitin de Ostrava este viernes, diez años después de su primera aparición en este certamen checo, que dice haberle ganado el corazón.

 

Una década que, en sus palabras, le ha hecho “más maduro”, le ha traído “más medallas, lo que está bien”, y “más seguidores”.

 

Tras sufrir un desgarro muscular en la parte trasera del muslo derecho, Bolt dice estar recuperado y ayer se sintió bien tras el entrenamiento.

 

En cuanto al final de su carrera, Bolt no despejó hoy dudas acerca de ese momento.

 

“Mi entrenador dice que lo deje abierto”, dijo Bolt, si bien él expresó su deseo de terminar tras el campeonato del mundo de 2017.

 

Sí que reconoce que está “en la recta final” y que siente “la cercanía de la meta”, por lo que ahora trata de cerrar esta fase “lo mejor posible”.

 

Sobre su posibilidad de batir el récord del mundo en 100 metros (9,58) y 200 metros (19,19), que obtuvo en 2009 en Alemania, Bolt considera que sí que puede mejorar los tiempos.

 

“Mi cabeza me dice que todo es posible, y que voy por la senda buena antes de los Olimpiadas”, declaró.

 

Aunque también reconoce que entrenar se le está “haciendo cada día más duro”, y que cada vez precisa más de baños de hielo y masajes, porque “el cuerpo es más duro”.

 

“Ahora se trata quizás de entrenar menos y seguir corriendo rápido”, dijo con una sonrisa.

 

Bolt fue hoy el ídolo de los niños durante el certamen “Cokoladovna Tretra”, en el participaron centenares de jóvenes de la capital, donde hizo de juez de salida, impuso medallas y se dejó fotografiar con ellos.

 

“Estamos con la clase de segunda de primaria, tenemos 11 niños. Es una experiencia ilusionante la encontrarse con Usain Bolt. Todos lucharon como tigres y ninguno no llegó el último. Es excelente para el espíritu olímpico de nuestro colegio”, dijo la profesora Tereza Rafl.