Miles de personas marcharon desde distintos puntos de Cuernavaca en demanda de paz para el estado que ha sido arrebatada por la delincuencia desde hace años.

 

Familias enteras caminaron por las principales arterias de la capital vestidas en su mayoría de blanco, en señal de paz y tranquilidad.

 

Entre las consignas de los morelenses prevaleció la demanda a las autoridades del estado para que retorne la tranquilidad que, dijeron, les ha sido arrebatada por la delincuencia desde hace mucho tiempo.

 

Desde un altavoz que cubría la retaguardia del contingente se llamaba a la unidad para reconstruir el tejido social de los morelenses, además de expresar que esta labor no solamente es tarea de las autoridades sino de la sociedad misma.

 

Luego de la marcha el obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, hizo un llamado a la unidad para recuperar la paz y seguridad en Morelos, después de señalar la necesidad de que los ciudadanos respalden las acciones del gobierno para alcanzar ese objetivo.

 

Al oficiar una misa al término de la Marcha por la Paz de Morelos, a la que asistieron más de tres mil personas, dijo que si bien existen avances en los resultados de acciones en materia de seguridad y procuración de justicia son insuficientes.

 

Consideró que la magnitud del problema requiere una mayor contundencia de los tres ordenes de gobierno.

 

En el atrio de la Catedral de Cuernavaca y ante los fieles que se vistieron de blanco, destacó que cifras oficiales ubican a Morelos entre los que registran mayor cantidad de secuestros, “a pesar de las cifras maquilladas”.

 

“La cifra negra sigue siendo alta” y el principal motivo de inhibición de denuncia por parte del ciudadano es la falta de confianza en las autoridades responsables de la investigación y la procuración de justicia pues, aseguró, solamente cinco por ciento de las denuncias alcanzan sentencias condenatorias.

 

Consideró que para alcanzar los objetivos de seguridad que debe brindar el gobierno es urgente trabajar en una verdadera separación de los poderes, ya que mientras no cumpla cada autoridad con las obligaciones que le marca la ley habrá una deuda con los ciudadanos.

 

Castro Castro denunció que existen regiones de Morelos que son controladas por la delincuencia y manifestó su deseo de que las autoridades cuenten con los elementos suficientes para evitar que esta situación permanezca.

 

Sostuvo que muchos de los participantes en la caminata “tienen sentimientos encontrados, frustración, falta de diálogo, impotencia porque no se les ha dado respuesta ni la aparición de sus seres arrebatados por la violencia”.

 

Antes de la misa, el obispo de Cuernavaca encabezó uno de los contingentes que caminó por las principales arterias de la capital de Morelos, acompañado de miles de feligreses, ciudadanos no católicos y de todas las personas que compartieron el interés de recobrar la paz y la seguridad en el estado.