ISE. Los líderes del G7 visitaron hoy el santuario sintoísta de Ise, considerado uno de los lugares más sagrados de Japón, en un vistoso acto de bienvenida celebrado antes de la cumbre que acoge el país asiático hasta el viernes.
Los responsables de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido y la Unión Europea fueron recibidos por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, en este exuberante recinto ubicado en una zona montañosa y de bosques frondosos en la prefectura de Mie, en el centro del país.
El líder nipón aguardó a la llegada de cada jefe de gobierno en uno de los descomunales “torii” (arco sagrado) que marca la entrada al espacio espiritual, y estrechó la mano a todos desde el primero en llegar, el presidente francés François Hollande, hasta el último, su homólogo estadunidense, Barack Obama.
Uno a uno, y guiados por un sacerdote sintoísta ataviado de blanco, los líderes cruzaron el puente Uji sobre el río Isuzu, que según la creencia popular, sirve como frontera entre el reino de los dioses y el mundo material.
Obama, al ser el último en llegar, cruzó también acompañado de Abe, y se pudo ver a ambos dialogando mientras caminaban sobre este puente de madera de cien metros de longitud, después de la reunión bilateral que ambos mantuvieron en la víspera.
A continuación, los líderes participaron en el acto simbólico de plantar un árbol en un jardín, recorrieron a pie parte de recinto y visitaron el Kotai, el edificio principal donde se rinde culto a Amaterasu, diosa del sol, desde hace aproximadamente dos milenios.
Durante el paseo, los líderes conversaron entre ellos de forma distendida, y no realizaron los rituales sintoístas de lavarse las manos y boca a la entrada, ni de hacer reverencias y tocar las palmas ante el santuario.
El lugar fue elegido por su “belleza única” y por representar “la esencia de la tradición y la naturaleza de Japón”, según explicó en la víspera el portavoz nipón de Exteriores, Yasuhisa Kawamura, quien también descartó que el acto incluyera “ninguna formalidad” religiosa.
“Esperamos que los líderes sientan directamente el aire, el agua y la atmósfera tradicional nipona que representa este lugar de forma tan elocuente”, recalcó Kawamura.
Consciente de que la elección del santuario podía despertar suspicacias en el exterior -sobre todo debido a que el sintoísmo fue la religión oficial del Japón Imperial-, el gobierno nipón se ha esforzado por presentar el acto como una visita más ligada a la tradición y a la cultura de Japón que a la religión.
En el país asiático, el sintoísmo está a caballo entre el folclore y la religión, y pese a que la mayoría de su población se define como no religiosa, es habitual que los nipones sigan ritos y creencias sintoístas.
No obstante, estos días han surgido algunas voces críticas ante la visita, procedentes de asociaciones cristianas de Japón y académicos para quienes la el acto podría ser contrario al principio de libertad religiosa recogido por de la Constitución nipona.
En cualquier caso, no se trata de la primera vez en que los líderes de los países más industrializados visitan un lugar de culto religioso en el marco de una de sus cumbres, como sucedió en la del G8 de 1998 en Colonia (Alemania), en la que acudieron a la catedral de esta ciudad.
Tras este acto de bienvenida, los líderes se trasladarán al exclusivo hotel en la isla de Kashiko en el que se alojan y donde se celebran las reuniones en medio de un amplio despliegue de seguridad. DEC