Cinco miembros del grupo terrorista Al Shabab, entre ellos el cerebro del grupo, fueron condenados hoy a cadena perpetua tras ser declarados culpables de matar a 76 personas en dos atentados perpetrados en Kampala durante la retransmisión de la final del Mundial de Sudáfrica en julio de 2010.

 

La sentencia fue dada a conocer por el juez que instruye el caso, Alfred Owiny-Dollo, que también condenó a otros dos acusados a 50 años de prisión por su vinculación con los atentados.

 

Los siete condenados habían sido hallados culpables de los cargos de terrorismo, asesinato e intento de asesinato.

 

El juez consideró probado que el cerebro de la operación, el ugandés Isa Ahmed Luyima, viajó a Somalia para planear los ataques y participó de forma activa en la elección de los bares en los que estallaron las bombas.

 

El 11 de julio de 2010, dos bombas estallaron en sendos bares de Kampala durante la retransmisión de la final del Mundial de Sudáfrica entre España y Holanda y mataron a 76 personas.

 

El grupo terrorista somalí Al Shabab, afiliado a Al-Qaeda, reivindicó los atentados y los calificó de venganza por la participación del Ejército ugandés en la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM).

 

Un defecto de fabricación en la tercera bomba puesta en un bar de las afueras de la ciudad impidió que explotara y el teléfono usado como detonador fue clave en la identificación y detención de los sospechosos.

 

El juicio contra los acusados, entre los que hay ugandeses, kenianos y tanzanos, comenzó en marzo de 2015, pero se tuvo que retrasar en numerosas ocasiones porque varios de ellos denunciaron a las fuerzas de seguridad por secuestro y tortura, aunque el Tribunal Constitucional rechazó las acusaciones. SL