La 58 edición de los Premios Ariel, entregados por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), empezó hoy con un homenaje a los 70 años de esta institución cinematográfica y recordó que, tras todos estos años, hay heridas que siguen “doliendo”, como los 43 de Ayotzinapa.
La gala, que se celebra en el Auditorio Nacional de la capital mexicana, comenzó con un discurso de la presidenta de la Academia, Dolores Heredia, quien dijo que tras 70 años “muchas cosas han cambiado”, pero que, al mismo tiempo, muchas otras “siguen ahí, pesando igual, doliendo igual”.
“Como los 43″, dijo Heredia, en referencia a los estudiantes desaparecidos en Iguala en septiembre de 2014.
“Vivimos tiempos sombríos, de impunidad, corrupción, violencia, es un tiempo laberíntico, difícil de descifrar”, continuó la presidenta, quien, no obstante, llamó a que “no nos gane el desencanto”.
Clamó por seguir haciendo un cine “que cuente de nosotros, para poder reconocernos”, y aseguró que queda “mucho por inventar, por esperar, mucho que explicarnos, también mucho que defender”.
Tras las palabras de la presidenta se entregó el Ariel de Oro, que reconoce la trayectoria de figuras del cine nacional, a la actriz Rosita Quintana, una de las protagonistas más importantes de la llamada Época de Oro del cine mexicano.
Las cintas “La delgada línea amarilla” y “Gloria” parten con el mayor número de nominaciones (14 cada una) esta noche, a las que siguen los largometrajes “Las elegidas” y “600 millas”, con 13 candidaturas cada una.
En la pasada edición, la cinta “Güeros”, del cineasta Alonso Ruizpalacios, se hizo con el galardón a la mejor película, así como con otros cuatro reconocimientos más.