SHANGHÁI. Un fabricante chino de detergente se disculpó tras recibir críticas en internet y en la prensa internacional, por el polémico contenido racista del anuncio de un producto que, en la ficción publicitaria, “lava” a un hombre negro y lo convierte en un chino.
La Compañía de Cosméticos Leishang de Shanghái, que desde el primer momento en que las redes sociales difundieron el anuncio y estalló la polémica achacó a la prensa internacional una supuesta “hipersensibilidad” occidental, aclaró que condena la discriminación racial, pero lamentó la “amplificación” negativa de los medios.
“Sentimos que el anuncio haya creado una polémica, aunque no rehuiremos nuestra responsabilidad por su contenido controvertido”, afirmó la compañía, en un comunicado que recoge el diario oficial Shanghai Daily.
Con todo, se disculpó “por el año causado al pueblo africano por la difusión y amplificación que han hecho los medios”, una forma de expresarse que refleja en realidad hasta qué punto los prejuicios racistas están interiorizados en China, tanto como el tono igualmente machista del anuncio, del que se ha hablado menos.
De hecho, un portavoz de la compañía reconoció que “no queríamos nada más que promocionar el producto”, y que ni siquiera “habíamos pensado nunca en el tema del racismo” al lanzar el anuncio, según dijo al diario oficial Global Times, al que reiteró que “los medios extranjeros han sido demasiado sensibles” al respecto.
Además, aseguró que en China se estaba difundiendo una versión más corta de la pieza en la que no aparecía el actor negro, por lo que no sabía cómo el original había llegado a internet, aunque no tiene mucho sentido que la versión completa no se haya emitido nunca ya que, sin el comienzo, la narrativa del anuncio no tiene sentido.
La polémica ficción publicitaria, que anuncia las pastillas de detergente “Qiubi” (marca traducible como “Lo bonito y lo más vendido”), muestra en un tono humorístico, muy del gusto chino, cómo una hermosa joven asiática, vestida con ropa que muestra sus piernas y un amplio escote, está poniendo la lavadora.
Aparece entonces un apuesto joven negro, cuya cara y camisa blanca tienen manchas de pintura, y que guiña un ojo a la joven y se acerca a besarla de forma seductora.
La mujer aparenta acceder a su acercamiento, pero en el último momento esquiva un beso y le mete una pastilla de detergente en la boca, tras lo cual introduce al personaje abruptamente en la lavadora de carga superior.
De allí emerge segundos después un pulcro joven chino con la camiseta completamente blanca, que provoca una sonrisa de atracción y satisfacción en la joven, a quien el hombre oriental le devuelve la pastilla con un gesto de orgullo y seguridad en sí mismo.