Terminó el mes de mayo y después de un inicio con gran aversión al riesgo por temores de una recesión global, los mercados se fueron “reacomodando” al generar señales ya más particulares por país, región y tipo de inversión.
El elemento más importante desde nuestro punto de vista que incide en el desempeño general de los mercados es la política monetaria de Estados Unidos, que a través de las minutas de la Fed y en declaraciones de sus miembros muestran su expectativa de una mejoría en la recuperación económica a partir del segundo trimestre del año.
A principios de año, el miedo a una desaceleración en China originó presiones negativas en los mercados. En enero pasado se dieron caídas en las bolsas americanas y europeas principalmente. En la actualidad están cerrando mayo dentro de un rango que va de 0.08% a 3.62% en las bolsas norteamericanas y en Europa de -0.56 a 1.74% en términos mensuales.
En las divisas, observamos un inicio fuerte del dólar, pero los miembros de la Fed empezaron a reconocer riesgos globales que impactarían su propia economía y afectaciones en balanzas comerciales por la fortaleza del billete verde. Conforme el riesgo de alza en las tasas de interés de EU disminuía, el dólar llegó a perder más de 4.0% frente a la canasta de divisas observando un retorno importante también hacia los mercados accionarios internacionales a excepción de la bolsa de China que sigue débil.
Así, al cierre de mayo, el dólar registra un movimiento mensual de +3.0% frente a la canasta de divisas; el euro, -2.79%; el yen, 4.05% y la libra esterlina, -0.86%.
Algo que ayudó mucho a este proceso de estabilidad fue la intención de Rusia y algunos países miembros de la OPEP de “congelar” la producción diaria de crudo, lo provocó que, después de una caída de 57% en enero, los precios del petróleo recuperaron más de 80%. Actualmente, en lo que va de 2016, acumulan una ganancia de 31.48%. Es importante comentar que a pesar de que los costos del crudo han rebotado de manera significativa, el precio promedio diario que nos sirve para una referencia real de mejora en las empresas y gobiernos apenas ha reaccionado 6.0% de sus mínimos registros del año y contra 2015 aún está por debajo en 23%, lo que significa que este sector tardará tiempo en estabilizarse y requiere que los precios se mantengan al menos en un rango más lateral.
En México, la caída de la bolsa de 40% en términos de dólares desde mediados de junio de 2014 a la fecha generó una oportunidad para inversionistas extranjeros que demandaron acciones y llevaron en términos nominales al índice a situarse muy próximo de su nivel máximo histórico con un rendimiento en 2016 positivo en 5.77%. Faltaría un catalizador para pensar en rompimientos históricos sostenibles.
Las tasas de interés en toda la curva han mostrado presiones de alza y seguirán sensibles al riesgo de la Fed y el Banxico, mientras que el peso mexicano estará con cierta debilidad y será el mismo aumento en tasas de interés el que le dé estabilidad limitada. Hoy registra una depreciación, en 2016, de 7.10%.