Inicia junio, el sexto mes del año y el cual, a diferencia de años anteriores, parece indicar que será de mucha información importante para los mercados y, por lo tanto, el riesgo de volatilidad estará aumentando.

 

Estadísticamente es un mes “negativo” para las bolsas americanas en los últimos 15 años, ya que la operación tiende a disminuir un poco, pero en contraparte los bonos del tesoro a 10 años registran una inercia de alza en su rendimiento durante este período.

 

¿Qué eventos vienen? Tenemos el de hoy, el dato de empleo al mes de mayo como uno trascendental. De acuerdo al dato del ADP sector privado, se crearon en mayo 173 mil nuevas plazas, menos que expectativas. Pero el promedio de 12 meses es mayor a 200 mil plazas, por lo que mantiene la posibilidad de que la Fed modifique al alza en 25 puntos base la tasa de referencia. Sin embargo, ante la recuperación en diferentes indicadores económicos americanos, para julio también habrá posibilidades de aumento en su caso.

 

Vendrá la reunión de la Fed en la que algunos miembros insisten en retomar el movimiento de alza en la tasa de interés. “El tiempo es oro” porque en julio se conocerán a los candidatos oficiales de los partidos para sus elecciones presidenciales de noviembre próximo.

 

La política monetaria es muy sensible al desempeño de la economía y, por lo tanto, políticamente no sería prudente moverla hacia el último cuatrimestre del año. Así que junio–julio es una fecha adecuada si existiera alguna preocupación por normalizar las tasas de interés.

 

Estará el Brexit en Reino Unido, que como hemos visto en las últimas encuestas, la posición a favor de salir de la Unión Europea reduce su diferencial y genera un escenario de incertidumbre, ya que quizá no tenemos idea de lo que significaría para el Reino Unido y para los flujos internacionales que gane la postura de salida.

 

Londres se caracteriza por ser una de las principales plazas financieras mundiales. Es la segunda economía de la Unión Europea detrás de Alemania; un cierre de fronteras, movimiento en inversiones directas y de mercados pudiera tener un impacto muy delicado. Para bien de la economía inglesa, de Europa y del mundo, ojalá gane la “permanencia” (siendo objetivos).

 

En México cerramos con la reunión del Banxico, en donde el mercado ya asumió un aumento de 25 puntos base por ahora. Pero, ¿qué pasa si la Fed sube 25 puntos base? El Banxico necesitaría subir 50 puntos base para tratar de estabilizar a los flujos de tenencia de extranjeros, de lo contrario, la presión hacia el tipo de cambio peso–dólar estará fuerte.

 

La información más reciente del Banxico indica que las posiciones extranjeras en instrumentos de deuda gubernamental han disminuido -7,715 millones de dólares en lo que va del año; un menor diferencial de tasas provocaría que esas salidas se incrementaran. Incluso una mayor debilidad del peso encarecería la adquisición de bienes de capital, por un lado, y, por el otro, afectaría el nivel de deuda de las empresas (que generalmente se mide en dólares). Así, se provocarían varios efectos que seguirían dando incertidumbre en los mercados.

 

Ahora, si la Fed no sube en junio la tasa, el Banxico podría intentar lo mismo, pero la presión en tasas secundarias y en el peso mexicano se mantendría vigente.