REAL DEL MONTE. A su llegada en 1824 a esta población enclavada en lo alto de la sierra hidalguense para explotar las minas de plata, los británicos trajeron el “pasty” o paste como desde hace años se le conoce en México, alimento que consumían los mineros y la gente del condado de Cornwall, Inglaterra.
Los ingleses abandonaron Real del Monte en 1847, pero la tradición por los pastes y la pasión por el futbol, infundida por ellos, se quedó y hoy por hoy este alimento ya es una tradición culinaria 100% mexicana.
Y es que además de la preparación original europea, que consiste en una pasta más fina que la que se usa para las empanadas y que contiene papa y carne, en Hidalgo el paste se puede pedir de frijol, mole verde, mole rojo, salchicha, chorizo, atún e incluso piña, arroz con leche o crema pastelera, entre otros.
Por esta razón, en la actualidad Real del Monte, considerado Pueblo Mágico, es de los atractivos turísticos más visitados del estado de Hidalgo.
Los paseantes, además de que pueden adentrarse por sus coloridas callejuelas -con casas de teja roja pintadas en tonos pastel- el kiosco, sus jardines, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, construida en el siglo XVIII y disfrutar de su artesanía y su gastronomía, no se pueden ir sin probar los famosos pastes “made in México”.
Al llegar a los portales, el olor a pan recién horneado conduce hasta la entrada de “Pastes el Portal”, un restaurante especialista en pastes que además de sus aromas, con el decorado invita a entrar.
En su interior cuenta con artículos de Inglaterra, así como fotos de los mineros, los cascos que usaban en las minas, “souvenirs”, banderas de México, Hidalgo, Conwall, así como un gran número de fotografías de las personalidades que han visitado este lugar, que van desde presidentes de la República, embajadores, deportistas, actores y sobre todo turistas del mundo entero.
Sereno, amable, algo tímido, pero muy orgulloso de su local, fundado en 1975, don Ciro Peralta recibió a Notimex para hablarle del paste, una tradición inglesa que se quedó en México para siempre.
“Los pastes son de origen inglés, pero nosotros los hemos vuelto mexicanos, porque les comenzamos a poner alimentos que consumimos los mexicanos y sobre todo el picante.
“Ellos trajeron el ‘pasty’ tradicional que es con papa y carne, pero nosotros le agregamos la cebolla y el chile, incluso cuando los ingleses ya estaban aquí también los comían con guisos nuestros”.
Añadió que luego del paste tradicional, se comenzaron a hacer de frijoles, “pues es lo que más se comía en toda esta zona de Hidalgo”.
Pero aclara que el paste es el de papa con carne y el de frijol, ya los demás, sobre todo los que traen fruta, son empanadas.
“Los ingleses no comían abajo en las minas ni de frijoles, ni de mole, ni de piña, sólo comían de papa con carne, pero acá arriba pues hicimos de más guisados para que hubiera variedad para los turistas”.
Y comenta un dato que poca gente sabe sobre el paste.
“La diferencia entre un paste y una empanada es que a un paste se le agrega una especie de trenza a un lado, que los mineros ocupaban para sujetarlo, lo comían todo y tiraban la trenza, porque las manos las tenían sucias o contaminadas, y como no contaban con un lugar para lavarse las manos, muy inteligentemente le añadieron esa trenza.
“Y otra diferencia es que debe ser una pasta natural, no tiene que ser hojaldrada, porque las empanadas se hacen con pasta hojaldrada”, compartió don Ciro.
Afirmó que los establecimientos de pastes en toda esta región y Pachuca han crecido de una manera increíble.
“Hay muchos negocios de paste, pero en Real del Monte están los originales y quien venga al pueblo tiene que venir a visitarnos para que comparen y disfruten de la decoración y de nuestro sabor”.
Mencionó que la mayor venta de pastes son los fines de semana y mucha gente que viene de Europa lo hace exclusivamente a su negocio, pues la fama de esta delicia gastronómica ya llegó hasta allá, así como a Estados Unidos y Canadá.