Las elecciones realizadas el fin de semana para 60 integrantes de la Asamblea Constituyente son las que han resultado con la más baja convocatoria en los últimos años, pues lograron apenas 28.3% de participación ciudadana, lo que implica que cada voto emitido costó más de 200 pesos, en lugar de los 65 pesos que debería haber costado de no haber abstinencia.
Aunque el Instituto Nacional Electoral no ha dado la cifra final de cuánto dinero se destinó a las elecciones del domingo, la cifra es de aproximadamente 490 millones de pesos; cabe destacar que los diputados constituyentes, encargados de elaborar la Constitución de la CDMX, trabajarán del 15 de septiembre de este año hasta el 31 de enero de 2017 en la redacción de la misma.
En las elecciones de 2015, cuando se eligieron los integrantes de la Asamblea Legislativa del DF y a los delegados, la participación fue de 44%; mientras que en el proceso de 2009, la votación para los mismos puestos fue de 41%.
Gerson Hernández, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México y especialista en política, señaló que aunque sí son las elecciones con menor participación en la historia contemporánea de la Ciudad de México, no se debe comparar con los otros procesos, pues se trata de una elección completamente diferente, en la que hay menos interés.
No obstante, mencionó que éste podría ser un preámbulo para las elecciones de 2018, pues se confirma que no hay un partido único en la capital mexicana, en la que Morena surge como fuerza política.
“Cuando es una elección para Presidente o jefe de Gobierno es natural que haya mayor participación, porque hay más interés, no podemos comparar una elección de Presidente con una más local. Este proceso no es tan importante, no es nada relevante para la vida de las personas, porque los ciudadanos quieren beneficios directos en su vida y no tanto que haya más leyes”, dijo.
Al respecto, el consejero electoral Enrique Andrade dijo durante una conferencia de prensa que no hay parámetro cierto para comparar si fue una buena participación o no, porque no es comparable con la elección de jefe de Gobierno, que normalmente está arriba de 60%.