Después de la tormenta viene la calma, un dicho que queda bien para el tema político en su contexto general tras concluir con las elecciones para 12 gobernadores el domingo pasado y su recuento, aunque algunas de estas votaciones se irán hasta los tribunales por impugnaciones.
Empero, esta frase no la podemos utilizar aún en los mercados financieros, especialmente con el movimiento del tipo de cambio. El peso mexicano registra una depreciación del casi 7.0% en lo que va del año, a pesar de una recuperación de casi 30 centavos en la jornada de ayer.
Estamos viendo que el comportamiento del peso mexicano se aleja del movimiento de otras divisas. En algunos casos, el movimiento en los precios del petróleo tiene incidencia; en otros, la fuerte dependencia de la actividad comercial con Estados Unidos nos presiona o beneficia según la circunstancia, así como eventos internacionales en China, Japón y Europa, entre otros.
Sin embargo, el movimiento del peso / dólar no cede y ahora estamos viendo ya una clara salida de flujos en el mercado de dinero. El monto de salida con fecha al 27 de mayo (último dato conocido) es de nueve mil 162 millones de dólares. Lo que más preocupa es que el desinterés de los inversionistas empieza a mostrarse además de Cetes, en el mercado de bonos, cuyos premios en los cupones ya no son tan atractivos al inversionista extranjero o al menos es lo que parece. ¿Anticiparán inflación alta?
Actualmente el spread entre los diferentes puntos de la curva de instrumentos de deuda de México y Estados Unidos está alcanzando puntos críticos. Al realizar un análisis entre los spreads en la parte media y larga de la curva, nos refleja el riesgo de un aumento de entre 25 y 50 puntos base. Pudiera ser que el Banxico se desligue un poco de la Fed y busque solventar este diferencial a través del uso de la política monetaria aumentando la tasa de referencia durante el presente mes.
Hoy vemos que sólo el peso mexicano entrará de nuevo a consolidar si las tasas de interés alcanzan un nivel que le haga sentir bien y cómodo al inversionista extranjero. Parece que el “momentum” de México ha pasado y ahora hay que pagar una factura más alta.
El que la tenencia de bonos baje un punto porcentual implicaría una salida alrededor de mil 250 millones de dólares, por lo que pudiera ser que la Comisión de Cambios decida actuar a través de ventas discrecionales en el mercado, pero su efecto va a ser limitado o, bien, el Banxico determine anticiparse y anunciar un aumento al menos de 25 puntos base si es antes del evento de política monetaria de la Fed y de la propia reunión del Banxico o dé a conocer los 50 puntos base y toda la curva de tasas en el mercado de dinero se adecúe. En ese caso no debería de sorprender que el peso mexicano registrara una recuperación de 50 a 70 centavos de manera muy rápida. El riesgo vendría sobre el crecimiento de la economía.