El trabajo infantil puede ocasionar problemas en el desarrollo físico e intelectual, pues tomar responsabilidades mayores a las de su edad y dejar a un lado el juego, la convivencia y la socialización provoca madurez precoz, alertaron especialistas.
En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, el 12 de junio, se expuso que en Puebla hay unos 33 mil menores que sin haber cumplido la edad mínima para laborar en México (15 años) realizan actividades con remuneración económica, contribuyendo al sustento de sus hogares.
Omar García Jane, coordinador y psicólogo del Departamento de Asesoría y Prevención del Tecnológico de Monterrey en Puebla, expuso que ello se debe en gran medida al problema económico que atraviesan familias mexicanas con escasos recursos.
Ese sector se ve obligado a llevar a cabo este tipo de acciones “para solventar los gastos familiares, más que una explotación infantil es una forma cooperativa de poder alcanzar los bienes necesarios para su familia”, dijo.
Las actividades calificadas como actividad económica son aquellas que van desde cuidar automóviles en la calle, lavando y limpiando autos en semáforos, hasta venta productos y cantar en transporte público, además de quienes trabajan en campos agrícolas, actividades del sector privado y medios delictivos.
Explicó que desde el punto de vista psicológico el trabajo infantil de cierta manera puede ocasionar problemas en el desarrollo físico e intelectual de los niños, ya que el tomar responsabilidades mayores a la de su edad y dejar a un lado el juego, la convivencia y la socialización provoca madurez precoz.
“Truncar el desarrollo de las diferentes etapas de madurez, pasar de la infancia a la niñez, y de la niñez a la pubertad de una forma no apta provoca adultos frustrados”, subrayó.
Diana Guzmán Jiménez, directora del Departamento Académico de Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey en Puebla, detalló que por lo menos 11 de cada 100 niños y seis de cada 100 niñas llevan a cabo una actividad económica, de los cuales muchos se encuentran en situación de calle y sin el respaldo de un hogar.
Ambos detallaron que ya se tienen programas de apoyo a la niñez y cuestiones del trabajo infantil en la entidad, pero falta unir esfuerzos para trabajar en programas de educación incluyentes para padres de familia y brigadas de protección.
También hace falta que las autoridades se sumen con especialistas para brindar apoyo a los menores con atención psicológica y de albergue, consideraron.
Niños y niñas puedan apoyar con tareas del hogar como lavar los trastes, limpiar su cuarto o bien llevar a cabo actividades como aprender de oficios, que son necesarias e importantes para su vida y desarrollo, siempre y cuando no se le prive del derecho a la educación, coincidieron los catedráticos. |DEC